Todavía en los años 90, el extinto periódico Novedades mantenía la convocatoria del popular concurso nacional Carta a mis hijos –empeño similar al invento del Día de las Madres, por José Vasconcelos, en la Secretaría de Educación Pública y de Rafael Alducín, del Excélsior, hace justo un siglo–, pero en esta tercera década del siglo XXI, dominada por las redes sociales, la información en línea y las pantallas inteligentes ¿qué tipo de misiva podría sustituirla?
La respuesta podría ser un video-ensayo posmoderno. Especialmente si es propuesto en medio de la pandemia por una cineasta preocupada por reflexionar sobre la maternidad, sí, pero también sobre la transformación de los paisajes naturales merced a la avanzada tecnología.
Confeccionar una carta, en fin, desde el futuro pero con profundas reflexiones desde el ahora, iniciada con una toma del hijo, de apenas tres meses dentro de un moisés, al que basta oprimir un botón para ajustar la velocidad y mecerlo, generar sonidos como el del mar, la lluvia o murmullos, así como una luz tenue para arrullarlo.
“¿Le tendrá más afecto al aparato perfecto que a mí, que soy imperfecta?”, se interroga Natalia Almada, cineasta mexicana a partir de esa escena inicial de la película Users (Estados Unidos-México, 2021).
“Me interesaba poner el espacio doméstico de la maternidad, de los niños, a la par con este mundo épico, global y conceptual de la tecnología y la naturaleza, porque se ha quedado un poco aparte de los discursos sobre cómo nos afecta la tecnología y que, para mí, comienza con mis hijos”, explica en entrevista la directora de Al otro lado (2005), El general (2009), El velador (2011) y Todo lo demás (2016).
Escenas disímbolas
En Users, ensayo documental narrado en inglés con una voz artificial tipo Alexa o Siri, pero generada por ella con su voz y música de su marido, Dave Cerf, interpretada por Kronos Quartet, la realizadora yuxtapone e integra escenas aparentemente disímbolas, en tomas muy dinámicas que rompen el plano, la gravedad y las referencias, como una planta tratadora de aguas negras, un desierto cubierto por una traza de páneles solares un gigantesco huerto con plantas que crecen sin tierra bajo luz artificial o la operación a corazón abierto de un petrolero tejano.
“Creo que la tecnología es un reflejo de lo mejor que somos los seres humanos y de nuestra capacidad para imaginarnos, inventar, resolver o investigar, gracias a tanta creatividad y esfuerzo. Lo que la película pide un poco es aceptar que es una cosa ambigua, que también tiene un lado negativo y ninguno cancela al otro. Si sólo vemos lo positivo entonces lo negativo se vuelve peligroso, porque no lo controlamos ni lo anticipamos”, explica la también maestra en fotografía por la Escuela de Diseño de Rhode Island.
Luego de ganar a la mejor dirección en Sundance el año pasado, donde tuvo su estreno mundial, y de selecciones en los festivales de Jerusalén, La Roche-sur-Yon, Sitges, Estocolmo, Tesalónica, Morelia y Ambulante, Users se estrenó el jueves en salas de la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Aguascalientes, Puebla, Cuernavaca, Toluca y Mérida, con distribución de Piano.
Durante la pandemia, Natalia Almada escribió el ensayo Imágenes en movimiento en la era del Zoom (octubre de 2020), publicado en la revista The IDA, de la Asociación Internacional de Documentales.
“¿Cómo le decimos a nuestra mente que cambie su forma de pensar y usar del aparato donde hiciste una junta con tu jefe para luego entregarte a una ficción, cuando no has modificado nada del contexto y tampoco hay un desplazamiento del cuerpo ni un cambio de espacio,? Nos ha costado trabajo y tiempo concientizar que no es lo mismo.
“Necesitamos rituales como ir al cine, no sólo porque hay una pantalla grande, sino porque hice el viaje, compré el boleto, toda esa preparación hace que te comprometas y te entregues. Es como ir a un concierto, al teatro o la iglesia, tiene algo muy intencional que se pierde cuando nos quedamos en el mismo espacio, pantalla o casa. Se necesita hacer películas que logren competir con ese ambiente”, finalizó la realizadora, quien ha recibido las becas MacArthur, Guggenheim y Alpert.