Desde el Gran Nayar, región enclavada en plena Sierra Madre Occidental, los pueblos indígenas o’dam y mexica solicitaron ante el presidente Andrés Manuel López Obrador la presencia de la Guardia Nacional (GN) en sus comunidades para atenuar los niveles de violencia que han enfrentado recientemente a causa del crimen organizado.
El mandatario federal tomó nota para atender la petición; a su vez, el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro Torres (PAN), agradeció la presencia del Ejército en las calles para combatir la violencia y dijo compartir la idea de que la GN sea administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional.
En sendos actos celebrados en las localidades Santa María de Ocotán, en el municipio de Mezquital, en el sur de Durango, y San Andrés Milpillas, del municipio de Huajicori, en Nayarit, autoridades tradicionales de ambas comunidades originarias presentaron una serie de demandas para atender las históricas deudas, a las que sumaron con especial énfasis la de garantizar su seguridad.
Plan de justicia
El Ejecutivo firmó el plan de justicia para estos pueblos y se comprometió a dar respuesta y presentar los primeros avances en cinco meses, por lo que prometió regresar el 10 de febrero de 2023.
En Santa María de Ocotán, Juan Carlos Aguilar Caldera, presidente del comisariado de bienes comunales, presentó las demandas del pueblo o’dam. La inseguridad en sus comunidades, que “no nos deja andar libremente por nuestra tierra propia”, fue tema central.
“Solicitamos de la manera más atenta construir un cuartel de la GN en Huazamota y un campamento en Canoas, así como en la localidad de Maíz Gordo, en apego y respeto a nuestra forma de gobierno”, planteó el líder comunitario.
López Obrador respondió: “Aquí está conmigo el general secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval González, y él es el encargado de la operación de la GN, y ya hemos tomado nota para que puedan construir los cuarteles de la Guardia Nacional para que haya paz y tranquilidad para todas las familias”.
Rosas Aispuro dijo “reconocer el apoyo que siempre recibí de su gobierno en materia de seguridad; como gobernador reconozco que la presencia permanente de nuestro Ejército ha contribuido de manera muy importante para recuperar la seguridad en nuestra entidad”.
En la región, caracterizada por la precariedad y la pobreza, confluyen cuatro pueblos originarios: o’dam (tepehuanes del sur en castellano), na’yeri (cora), wixárika (huichol) y mexicanero o mexica (nahua), y sus comunidades confluyen en cuatro entidades: Durango, Nayarit, Zacatecas y Jalisco. La complejidad para transitar por tierra en la región orilló al jefe del Ejecutivo y su comitiva a trasladarse en helicóptero.
Tras concluir el primer acto, se dirigió a San Andrés Milpillas, donde también firmó un documento para llevar la justicia a las comunidades que “no sólo tenían 100 años de soledad, sino de abandono”, expresó el gobernador morenista de Nayarit, Miguel Ángel Navarro, parafraseando al escritor Gabriel García Márquez.
Anselmo Due Ramírez, representante del pueblo mexica, expuso: “El grave problema en la región es la presencia de la delincuencia organizada, por lo que es importante seguir dando apoyo y oportunidades a nuestros jóvenes. Además, requerimos la presencia del Ejército y de la GN, y que se coordinen con nuestras autoridades tradicionales y sean respetuosos de nuestra cultura y nuestras tradiciones”.
En los dos actos, los representantes de ambos pueblos originarios presentaron las históricas demandas de educación, salud, vivienda, agua, caminos y conexiones, tierras y respeto a sus tradiciones y costumbres, así como acabar con racismo, discriminación, pobreza, falta de electricidad e Internet, por citar sólo algunas.
El Presidente finalizó así el primer día de una gira de trabajo por varios puntos del Gran Nayar. Destacó que en cada hogar de los municipios visitados ayer hay al menos dos beneficiarios de los Programas del Bienestar.
(Con información de Emir Olivares y Arturo Sánchez, reporteros, y Luis Martín Sánchez, corresponsal)