“Esta es la película más dificil que he hecho en mi vida”, afirma en entrevista con La Jornada Luis Mandoki, quien tras 10 años de no presentar un largometraje, regresa con Presencias, cinta que para él fue “un gran reto: hacer terror me pareció mucho más difícil que hacer un drama”.
Luis Mandoki es un cineasta metafísico y un humano muy espiritual. Fue el primer mexicano en filmar en Hollywood grandes producciones con muy destacadas estrellas de la Meca del Cine, y aún es recordado por los seguidores de Andrés Manuel López Obrador por haberse atrevido a filmar dos documentales: uno de un perfil del Presidente de México, y otro del registro casi ipso facto sobre los movimientos masivos que derivaron del fraude electoral de 2006, lo que le hizo perder mucho trabajo, pero le dio gran alegría por el amor a su país.
Su anterior filme es La vida precoz y breve de Sabina Rivas, en 2012, y ya no hizo más. No obstante, se dedicó a dar clases para actores, actrices, guionistas y directores, basadas en un método actoral único: el de la configuración a través de sueños aplicados a la creación.
Mandoki, a quien en la actualidad se le ve alegre, físicamente muy bien y, sobre todo, siguiendo su instinto de fluir por donde la vida lo conduzca, explica a este diario de qué se trata este sistema ecléctico y abstracto.
De hecho, Presencias, que se estrena hoy en la Cineteca Nacional y en la plataforma ViX+, es la primera cinta en la que el elenco trabajó con este sistema actoral, difundido y perfeccionado por el realizador. La protagonizan Alberto Ammann, Yalitza Aparicio, Daniel Mandoki y Gerardo Taracena, entre otros estupendos histriones.
Comparte: “Lo han usado algunos actores en Hollywood, como Andy García, Meg Ryan (él los dirigió en Cuando un hombre ama a una mujer), Paul Newman, Jennifer Lopez y Charlize Theron. Es un puente al subconsciente”. Explica: “Uno está identificado con la parte racional, pero hay un mundo interno al que no sabemos cómo acceder. Cuando entras, pides, por medio de una carta, a ese ser interior que cambie tu intelecto, tu emoción y tus pautas a las del personaje”.
Entre las dificultades de su proyecto estaba el casting, el cual debido a la pandemia tuvo que hacer mediante Zoom. “No sientes a la persona por la pantalla, pero esta técnica –que aprendí con Alvaro Lopez, en Los Ángeles– me ayudó a configurar a todo el elenco. Eso te da apertura, luego haces todo el trabajo. En un taller configuré a una actriz como embarazada; me decía que estaba afectada y con náuseas. De eso se trata: el acceso que te da en lo físico y en lo mental; te abre una dimensión”.
–¿Tiene riesgos trabajar con el inconsciente de la gente?
–No tiene riesgos cuando sabes cómo manejarlo. Es decir, al final del trabajo con el actor haces una carta de desconfiguración y sale. La verdad, siento un agradecimiento profundo por esta técnica, porque no sólo sirve en el ámbito creativo, también es útil para transformarte como ser humano.
–¿Qué te han dado años de preparación en el ámbito metafísico?
–Aprender, porque ha sido una autoescuela... uno siempre aprende. Te enseña, te aceita. Ahora me siento en el mejor momento de mi carrera, con ganas de filmar mucho. Presencias es mi regreso al cine luego de ese tiempo.
Mandoki, quien prendió las luminarias en Estados Unidos para otros extraordinarios como Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillemo del Toro, nunca imaginó que realizaría un producto como éste. “La vida te va presentando oportunidades y las tomas o no”, argumenta.
El cine es como una guerra, sostiene
Esas oportunidades tienen que ver con las personas de las que se rodea, como en este caso, gente que fue con él “hasta la muerte”. Y es que también considera al cine como un acto bélico.
“Hay una determinación porque, para mí, el cine es como una guerra. En el cine tienes que ser un guerrero. El director es el general y todos (el crew) los que participaron en el proyecto estaban en peligro de muerte, y esa es la energía con la que trabajamos. En esta cinta se multiplicó eso”, considera.
Pese a ser su primera incursión en el género de terror, asegura que se sintió arropado por una producción en la que el guion es de Olivia Bond, su esposa, y en la que participan sus hijos, Daniel, en la actuación, y Camille, en el score.
“El terror es metafísico. Recuerdo que me presentaron una historia que me pareció interesante, pero tras dos años el guion se volvió otra cosa.”
–¿Hay algo que le dé miedo a Luis Mandoki?
–Los miedos son humanos. Están en relación con mi gente querida o con mi país, que deseo que le vaya bien, así como al mundo, tan amenazado por temas ambientales.
Presencias le brindó un desafío especial, porque “en el drama trabajas con tus actores y eso es algo que se me da, pero en el terror tienes que laborar en el ritmo, los ambientes de luz y oscuridad, los movimientos de cámara y, obviamente, en el sonido, que en este género es 50 por ciento o más...”
Asegura que fluyó al estar junto con Sergio Díaz (sonidista de Roma), “quien se metió conmigo a este viaje. También me traje a un fotógrafo francés (Philip Lozano) a quien vi en una serie en Netflix y lo conocí de manera curiosa. Luego fue todo el proceso de construir el look del filme: trabajar con José Luis Aguilar, un gran diseñador...”
–¿Cuál fue el impulso para terminar una producción con tantas dificultades?
–El gran impulso vino del equipo. Dentro de todas esas dificultades tuve un equipo que estuvo conmigo a muerte. Ayudó la pandemia, que hizo que aplazáramos el rodaje, pero al final viene la recompensa, el parto...
–Háblanos un poco de Yalitza Aparicio. ¿Ella ya había trabajado con tu método?
–La conocí en el set de Roma. Me impresionó su talento nato porque, obvio, no tenía formación. Platicaba con ella, me caía muy bien, pero lo que me sorprendía era que entraba al foro y era el personaje. Para tus cintas, siempre tienes actores ideales, y en ésta conté con Alberto Ammann y Yalitza. Rara vez tus ideales se concretan. Alberto es un actor poco descubierto. Convencí (a la productora) de que fuera él. Le di el guion y le gustó. Es un argentino que se prepara mucho y no le costó hacer el acento mexicano. Trabajamos el arco del personaje con entrega absoluta. Yalitza no había hecho nada desde Roma, y no lo hacía porque me decía que siempre le ofrecían personajes similares al que interpretó en la película de Cuarón. Le mandé el guion y le encantó. Le comenté que el personaje no era protagonista y ella me respondió que por eso le gustaba más. Le propuse el método de configuración y le entró. Es una persona muy abierta a absorber y en el set, la verdad, brilla por su naturalidad.
Agrega: “En el caso de Daniel fue él quien deseó estar en el filme. Hizo casting pero antes me propuso que si no daba el ancho, no entraba. Es un actor muy disciplinado, aunque no es lo mismo dirigir a un actor que a un hijo. Soy muy exigente y le dije que con los actores voy al fondo; él me respondió que si no fuera así, lo pondría triste”.
Presencias va también a la plataforma porque “es mejor que la vea más gente”.
Mandoki dice ser “un amante de la vida y ésta es cambio. Yo siento agradecimiento hacia Hollywood, que me abrió las puertas para trabajar con grandes talentos; aprendí mucho, pero cuando haces una historia de amor exitosa quieren que repitas la fórmula, pero, para mí, el reto es cambiar, por eso he filmado cintas de acción, thrillers, cosas sociales y, ahora, terror”, añade el realizador, quien tiene proyectos para filmar en la capital de la República Checa, Inglaterra y Estados Unidos.
Presencias tendrá funciones en la Cineteca desde hoy al 13 de septiembre y a partir del día 7 se podrá ver por la plataforma ViX+.