Sabinas, Coah., Con una misa celebrada a la entrada de la mina de carbón El Pinabete, familiares de los 10 trabajadores que ayer cumplieron un mes atrapados por una inundación, reiteraron su reclamo para que se reanude la limpieza de la excavación y se retomen los intentos de recuperación de cuerpos. Además, lamentaron que el gobierno federal haya retirado el campamento y los equipos para extraer el agua del socavón.
La celebración religiosa fue privada y debido a que el camino a la mina se inundó por las recientes lluvias, los asistentes fueron trasladados en vehículos del Ejército Mexicano. La mayoría vistió playeras blancas y con la fotografía de sus seres queridos. Una vez adentro, soltaron al aire globos blancos. El acceso sólo fue para los parientes de los mineros.
La ceremonia religiosa estuvo a cargo del sacerdote Teodoro Durán, quien ha acompañado durante todo este tiempo a los familiares de los obreros atrapados.
“El mensaje es que este lugar no se debe tomar como una tumba, sino como la esperanza de que van a ser rescatados y entregados a sus familias”, dijo el sacerdote, quien el 3 de agosto, al enterarse de la inundación, acudió a dar consuelo a las madres, esposas e hijos de los trabajadores accidentados.
Recordó que hace un mes, “el sentimiento de ellos era de miedo, angustia, terror, preocupación, impotencia; ahora están en paz. Dios obró en ellos y los dejó en paz, con mucha fe y esperanza en recuperar los cuerpos”, mencionó el religioso al salir de la carbonera.
El 5 de septiembre, personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) iniciará los trabajos de excavación a cielo abierto, donde se prevé que tomará al menos seis meses entrar a las galeras de la mina y sacar los cuerpos.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, ha dicho que la CFE comenzó labores y ya se tiene delimitado el perímetro donde van a empezar los trabajos.