Wilkes Barre, Pensilvania. El ex presidente estadunidense Donald Trump acusó ayer a su sucesor Joe Biden de ser un “enemigo del Estado”, ayer durante un mitin en Pensilvania en el que criticó al FBI (Oficina Federal de Investigaciones) por el allanamiento de su casa en Florida.
Trump, que respondía a los ataques lanzados dos días antes por Biden, sostuvo que el allanamiento del mes pasado fue una “parodia” judicial, y advirtió que podría causar una reacción “nunca antes vista”.
Aseveró. “No puede haber un ejemplo más claro de las verdaderas amenazas sobre la libertad (…) que lo ocurrido pocas semanas atrás -ustedes lo vieron- cuando fuimos testigos de uno de los más chocantes abusos de poder por parte de un gobierno en la historia de Estados Unidos”.
Su insinuación de que la administración Biden estuvo relacionada con el allanamiento cuestiona el seguimiento de viejos protocolos que determinan que el Departamento de Justicia y el FBI actúan de forma independiente a la Casa Blanca.
“El peligro para la democracia viene de la izquierda radical. No de la derecha”, le dijo a sus partidarios.
El jueves, Biden calificó a Trump y los “extremistas” que lo siguen de enemigos de la democracia estadounidense, durante un discurso en Filadelfia con el que buscó animar a los votantes antes de las elecciones de medio mandato de noviembre, cuando se renueva parte del Congreso.
Biden atacó sobre todo a los republicanos que abrazan la ideología MAGA (Make America Great Again), el eslógan de Trump en su exitosa campaña presidencial de 2016).
“Donald Trump y los republicanos del MAGA representan un extremismo que amenaza los cimientos mismos de nuestra República”, expresó Biden hablando cerca del lugar donde se proclamó la Declaración de Independencia y se adoptó la Constitución de Estados Unidos hace más de dos siglos.
“No hay lugar para la violencia política en Estados Unidos. Punto. Ninguno. Nunca”, advirtió Biden, en una clara referencia al asalto del año pasado al Capitolio por parte de los partidarios de línea dura de Trump que se negaron a aceptar su derrota en las elecciones de 2020.
El magnate es objeto de investigaciones civiles, penales y por parte del Congreso. Una jueza aceptó el jueves revisar su solicitud de nombrar a un experto independiente para estudiar los documentos incautados por el FBI durante el allanamiento de su residencia en Florida.