Simone Biles ha estado en México varias veces y se le veía en las playas de Baja California con su futuro esposo, el jugador de futbol americano Jonathan Owens, de los Texanos de Houston. Ayer, la multimedallista olímpica y mundial se veía radiante y con el semblante tranquilo en la capital del país: “estoy aquí y eso me hace feliz”, dijo ante más de 10 mil becarios de la Fundación Telmex-Telcel que asistieron al acto México Siglo XXI en el Auditorio Nacional.
En una hora, la gimnasta de 25 años compartió parte de sus vivencias, desde que se enamoró del deporte muy pequeña con su familia adoptiva, del proceso que llevó para alcanzar la cúspide y la perfección, aunque eso le haya costado sacrificios y al mismo tiempo la peor experiencia de ser abusada sexualmente, cuando formaba parte de la selección olímpica de Estados Unidos, por el médico Larry Nassar, condenado a cadena perpetua.
Una historia autobiográfica que ha sido llevada a la pantalla grande, así como documentales de algunas de las gimnastas que junto con Simone denunciaron al galeno en los tribunales y ganaron, y están a la espera de una indemnización millonaria al denunciar al FBI.
Ante la presión mediática y la valentía de haber levantado la voz con el MeToo, Biles no estaba preparada para lo que se desencadenó en los Juegos Olímpicos de Tokio con su salud mental, a la que dio prioridad y decidió no competir en plena justa; luego regresaría para ganar la medalla de bronce en viga, que ella describió ayer como “es mi oro personal”.
Cada palabra o gesto de la menuda gimnasta causaba prolongadas ovaciones de los asistentes frente a una Simone que no se ruboriza al desvelar que sigue en terapia; “no cambiaría nada, ni el pasado, porque soy más fuerte”.
Vestida con traje verde y blusa negra, la ganadora de 25 metales, 19 de los cuales son oro, como la propia gimnasta lo mencionó, no tiene prisa por retirarse, porque no es el momento. Piensa en París 2024 y afirma que si va sería al ciento por ciento.
“Sueñen en grande y nunca se den por vencidos”, porque “en la vida como en el deporte siempre hay altas y bajas”, aconsejó a los asistentes.