Londres. Administradores de varios hospitales británicos advirtieron ayer de posibles recortes en diversas áreas de atención para disminuir el uso de la energía, cuyas facturas se han disparado. La mayoría de los nosocomios de Reino Unido prevé que su gasto en electricidad y gas se duplique este invierno, según un sondeo de la revista médica BMJ.
A partir de octubre, el tope tarifario de la energía destinada a casas-habitación aumentará 80 por ciento, dejando a muchas familias en una precaria situación. Pero las tarifas no residenciales ni siquiera tienen tope, lo que hace a sus clientes aún más vulnerables al alza de precios. Empresas de todos los sectores afirman que los enormes aumentos podrían obligar a muchas a cerrar si el gobierno no les ayuda.
La NHS Confederation, que reúne a entidades de la sanidad pública, advirtió de que sufriría un efecto dominó.
“El agujero de financiamiento derivado de la acelerada inflación tendrá que compensarse con la contratación de menos personal, la prolongación de los tiempos de espera o recortes en otras áreas de atención al paciente”, declaró a BMJ, Rory Deighton, responsable de la organización.
La inflación en Reino Unido se encuentra en su punto más alto en 40 años, 10.1 por ciento, y se prevé que el año que viene llegue a 18 por ciento o más. Según BMJ, el hospital infantil Great Ormond Street de Londres, por ejemplo, prevé una factura energética de unas 650 mil libras (15 millones 155 mil pesos) mensuales en enero y febrero, frente a unas 350 mil libras en el mismo periodo de 2021.
El Pediátrico de Sheffield, en el norte, prevé un aumento de casi 130 por ciento en su factura total para 2022-23. Y el Universitario de Nottingham, en el centro del país, ha presupuestado un aumento de 214 por ciento en el gas y la electricidad para este año.
Esta situación se suma al creciente catálogo de patologías que debe cubrir el Servicio Nacional de Salud (NHS).
Creado en 1948 para proporcionar asistencia sanitaria gratuita y pagada con los impuestos, el NHS es una institución muy apreciada por los británicos.
Pero el sistema, cuyo funcionamiento cuesta 190 mil millones de libras al año y da empleo a 1.2 millones de personas sólo en Inglaterra, lleva mucho tiempo aquejado de un importante déficit presupuestal.
Deighton urgió al próximo primer ministro, que tomará posesión la semana que remplaza al dimisionario Boris Johnhson, a actuar inmediatamente para compensar los aumentos del costo de la vida.
“El NHS necesita al menos 3 mil 400 millones de libras para compensar la inflación sólo durante este año, sin considerar la inflación en los rubros de combustibles y luz.”