El asesinato de Rosario Lilián Rodríguez Barraza, quien buscaba a su hijo Fernando Abixahy, desaparecido desde 2019 en Sinaloa, “es una evidencia más de la dura situación que enfrentan las familias de personas desaparecidas en México, quienes no sólo padecen el dolor de la ausencia y la incertidumbre, sino que adicionalmente investigan y buscan a sus familiares desaparecidos enfrentando graves riesgos que en ocasiones terminan en acciones violentas irreparables”, sostuvo la Oficina en el país del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
Al expresar su “firme condena” por este crimen, llamó a las autoridades a indagar “con prontitud y diligencia” y agotar todas las líneas de investigación relevantes, incluida la relación entre el asesinato de Rosario Lilián, cometido el 30 de agosto, con la desaparición de su hijo y su labor de búsqueda.
“En el curso de la indagatoria se debe garantizar una perspectiva de género y tomar en consideración su condición de defensora de los derechos humanos. Asimismo, las autoridades deben brindar atención integral a su familia conforme los estándares internacionales”, precisó.
Guillermo Fernández-Maldonado, representante en México de ONU-DH, aseveró que “resulta atroz y desgarrador que mientras amplios sectores de la sociedad se solidarizan con las madres buscadoras, haya quien les agreda y asesine a una de sus hermanas de causa”.
Por separado, el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México también demandó “seguridad, verdad y justicia, hoy y siempre”, para las familias buscadoras.
“Hoy más que nunca traemos a la memoria a Marisela, Miriam, Rosario, Arantza, don Polo, Nepomuceno, Javier, Sandra, Bernardo y tantas compañeros más a quienes la búsqueda amorosa los hizo blanco del crimen. ¿Cuántas personas buscadoras más necesitan ser asesinadas para extender medidas de protección y prevención?”, reprochó.
El 31 de agosto las autoridades entregaron el cuerpo de Rosario Lilián a sus familiares, quienes la velan desde ese día en una humilde vivienda del poblado La Cruz, municipio de Elota, Sinaloa. Sobre su féretro colocaron una playera gris y la fotografía de su hijo. Hoy será sepultada.
Al velorio acudió el gobernador del estado, Rubén Rocha Moya, acompañado de María Teresa Guerra Ochoa, titular de la Secretaría de las Mujeres, y la alcaldesa de Elota, Ana Karen Val Medina, quienes escucharon la demanda de justicia para la madre buscadora.
Rocha Moya se comprometió a colaborar con la Fiscalía General de Sonora para que se revisen los señalamientos de Rodríguez Barraza sobre el presunto implicado en la desaparición de su hijo Fernando. El sujeto al que se refirió la buscadora está recluido en el penal de San Luis Río Colorado.
Rosario Rodríguez, integrante del colectivo Corazones sin Justicia, fue asesinada el 30 de agosto tras ser secuestrada por hombres armados. Su cuerpo fue abandonado cerca de las vías del tren en La Cruz.
Agrupaciones feministas expresaron su repudio por el homicidio de la activista y señalaron que este crimen recuerda lo ocurrido a Marisela Escobedo, ultimada en Chihuahua cuando luchaba por el esclarecimiento del feminicidio de su hija Rubí.