Fráncfort. Pasajeros varados, estudiantes desesperados y escaramuzas legales: la huelga de pilotos de un día paralizó este viernes casi todas las operaciones de Lufthansa, la mayor aerolínea alemana. Alrededor de 130 mil pasajeros de más de 800 vuelos, cuya salida estaba prevista desde los aeropuertos de Fráncfort y Múnich, se vieron afectados, informó la empresa.
Lufthansa pidió a los pasajeros que no se desplazaran al aeropuerto, sino que optaran por una conexión ferroviaria o reservaran vuelos para otro día. Con esta estrategia se pretendía conseguir un horario de vuelos normal y estable para el nuevo comienzo del sábado.
El sindicato convocó la huelga de pilotos el jueves por la noche después de que se rompieran las negociaciones del convenio colectivo con Lufthansa.
La empresa dijo que ofreció un incremento único de 900 euros (900 dólares), que equivale a un alza de 5 por ciento en el salario de los pilotos veteranos y una de 18 por ciento en el de quienes comienzan su carrera.
El sindicato de pilotos, Vereinigung Cockpit, pide un incremento de 5.5 por ciento este año y que los salarios se revisen automáticamente en función de la inflación en 2023. Alemania ha registrado este año su mayor inflación en décadas ante el acentuado aumento de los precios de la energía.
El sindicato también reclama una nueva estructura salarial y de vacaciones que, según la aerolínea, aumentaría sus costos de personal en alrededor de 40 por ciento, o unos 900 millones de euros, en los próximos dos años, lo que califica de poco razonable incluso sin tener en cuenta las consecuencias financieras de la pandemia.
En julio, una huelga del personal de tierra convocada por el sindicato Verdi paralizó en gran medida las operaciones de vuelo de Lufthansa. En ese entonces se cancelaron más de mil vuelos y unos 134 mil pasajeros tuvieron que cambiar sus planes de viaje. En la siguiente ronda de negociaciones, el sindicato consiguió aumentos salariales para los cerca de 20 mil empleados de tierra.
Las huelgas son una táctica habitual en las disputas laborales en Alemania, donde los poderosos sindicatos han garantizado tradicionalmente unas buenas condiciones para los trabajadores.