En el proyecto que se desarrolla en la cuarta sección del Bosque de Chapultepec –donde estará la bodega nacional de arte–, “se abrirá un programa de formación en muralismo para que este movimiento se revitalice. Lo haremos siempre de la mano de quienes han mantenido encendida su llama”, expresó Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), el martes pasado, durante el inicio del segundo Congreso Internacional de Muralismo a 101 Años.
En ese acto, realizado en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Jiménez también informó que se trabaja en la declaratoria de los murales de la antigua Secretaría de Comunicaciones y Obra Pública (SCOP), cuyo edificio fue dañado en el temblor de 1985, como conjunto integral. Es decir, “un proceso que vincula arquitectura, diseño, muralismo, memoria y, al mismo tiempo, una postura muy clara respecto de un México que se construía en una época específica”.
Entre las tareas que el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble realiza en varios estados del país, está la restauración de obra muralística de Desiderio Hernández Xochitiotzin con motivo del centenario natal del artista tlaxcalteco, apuntó la funcionaria.
Polo Castellanos, muralista y uno de los organizadores del congreso, señaló que “a 101 años, después de debacles, traiciones, inopia e ignorancia, estamos aquí demostrando que el muralismo sigue vigente, más vivo que nunca y en movimiento constante”. Eso, “aunque aún hay voces del conservadurismo que insisten en que fue un movimiento artístico de los años 20 y 30, y que está muerto. Para su tristeza, estamos vivos y son ya cinco generaciones de muralistas presentes”.
Hoy, continuó, el muralismo se desarrolla y construye en muchos frentes, desde lo colectivo, lo comunitario y lo individual. “Frentes que hemos demostrado están muy por encima de políticas culturales racistas, clasistas y alienantes desde hace varias décadas. Lamentablemente, son políticas que piensan en la cultura como gasto y no como inversión, pese a que todos los días demostramos lo contrario”.
Al comenzar su intervención, Castellanos colocó una bandera mexicana sobre la mesa porque, según la tradición, “donde hay un muralista mexicano siempre está la bandera de su país a su lado”. El año pasado, recordó, “fuimos los muralistas los que tomamos la iniciativa para un gran congreso internacional ante autoridades que se les pasó en blanco tan importante fecha, lamentablemente. Hoy, desde ese ejercicio ciudadano, hemos podido trabajar al lado de la Lotería Nacional y Memoria Histórica para sacar ya cinco series de billetes en homenaje a muralistas vivos y muertos que son parte de la historia del arte en México”.
Diego Prieto, titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo: “Si el país está empeñado en una transformación profunda de la sociedad, del régimen político, también se tendrán que recuperar las propuestas creativas que acompañen estos procesos”. De impulsar “un nuevo muralismo”, pidió reconocer que en una etapa anterior éste excluyó a las mujeres, que sólo aparecían como ayudantes, no como artistas a quienes se encargaban obras.
En el acto inaugural también participó Donají Morales, en nombre de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México del Archivo General de la Nación, organizadora del congreso junto con la Lotería Nacional.
En el primer día del congreso, que durará hasta hoy, se efectuaron las mesas Muralismo y patrimonio, Patrimonio artístico, histórico y nacional, y Muralismo y políticas públicas.