Decir la locura (Ayotzinapa) al estilo en que la quería Foucault sin expulsarla en la objetividad y dejarla que se diga ella misma. Lo que no se dice, la ausencia de obra que diría Juan Ramón Jiménez en la cita que hace de él Paco Umbral.
“Que extraños / los dos con nuestro instinto / de pronto / somos cuatro.”
Decisión que liga y separa a la vez la ilógica de la lógica, confrontación originaria que da sentido a la unidad tanto como a la oposición del sentido y lo insensato.
Fantasía de Federico García Lorca... el de la ciudad dormida y acariciado por la música de los ríos... el poeta enemigo instintivo de lo lógico, de la vida convencional y del método, como suplantación del instinto, pide la vuelta de la naturaleza impura que destruye y puebla las ciudades.
“Un día / los caballos vivirán en las tabernas / y las hormigas furiosas / atacarán los cielos amarillos que se / refugiarán en los / ojos de las vacas. / Otro día / veremos la resurrección de las / mariposas disecadas / y aun andando por un paisaje de / esponjas y barcos mudos / veremos brillar nuestro anillo imanar / rosas de nuestra lengua.”
Lógica que es otra cosa, otra manera de ser, de reaccionar, de definir. La eficacia del “a destiempo” no pensar al mismo tiempo la fuerza y el lugar. Esa ilógica que Lorca expresa instintivamente con música y ritmo, sustituyendo unas palabras por otras, hasta encontrar la expresión que se deje fluir más fácilmente en el ritmo de la poesía. Esa ilógica de Freud de las imágenes, los dueños y las fantasías, diferente de la ilógica esquizofrénica, a pesar de los puntos en común.
Diferencia dictada por la música que sigue el ritmo a pesar de que se transgrede el sentido habitual de la escritura. Ese destiempo que no se puede aprehender, lo inestable, lo inasible. El habla anterior a las palabras añadido al lenguaje hablado y otros lenguajes. Dar al lenguaje del habla, cuyas misteriosas posibilidades se han olvidado, la vieja eficacia mágica. Eficacia hechizadora integral. Magia que no puede escribirse en el lenguaje habitual de las palabras y que al retirarse o escribirse lo será en un nuevo sentido. Los pensamientos se transformarán en imágenes visuales y las palabras se ven remitidas a otras palabras al adquirir importancia vía el entronque con los de la transcripción musical.
“Mientras tanto, ay, / mientras tanto / los negros que sacan las escupideras, / los muchachos que tiemblan bajo el / terror pálido de los directores / las mujeres ahogadas en aceites / minerales / la muchedumbre de martillo, de violín, / o de nube, ha de gritar, aunque le estrellen los / sesos en el muro / ha de gritar frente a las cúpulas / ha de gritar loca de fuego / ha de gritar loca de nieve / ha de gritar con la boca llena de excremento… / Y mientras tanto…”
“Mientras más se sabe, menos se sabe”. (Rayuela, 28 de agosto 2022.)