En su empeño por reivindicar la prisión preventiva oficiosa en los términos actuales, el presidente Andrés Manuel López Obrador emprendió una nueva andanada de descalificaciones contra el Poder Judicial: “Si estuviese moralizado no tendríamos nada de qué preocuparnos, pero sigue siendo el Poder Judicial de tiempos atrás, caracterizado por la corrupción; con honrosas excepciones”. Fue más allá: “hablando en plata, no resisten cañonazos”.
En la conferencia mañanera del martes sostuvo que los bloqueos registrados en Zacatecas durante el fin de semana fueron provocados por el enfrentamiento entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. El incendio de vehículos forma parte de una nueva estrategia de propaganda, aseguró, pero ofreció garantizar la paz, para lo cual anunció que la próxima semana realizará la reunión del gabinete de seguridad en esa entidad, donde ya existe un plan de pacificación.
Su arremetida contra la judicatura surgió sin mediar pregunta: “Tengo mucho respeto y confianza al fiscal y al presidente de la Corte y a algunos ministros. Pero la mayoría de los integrantes del Poder Judicial no son gente caracterizada por la honestidad. Hablando en plata, no resisten cañonazos, no resisten las tentaciones, o son representantes de grupos de intereses creados, no representan al pueblo, desprecian al pueblo; es una vida como artificial, donde el pueblo no cuenta. Es una burbuja”.
López Obrador criticó la construcción de una estructura judicial propicia para preservar reformas como la energética, porque consideró que los jueces defienden a grupos de intereses creados y a empresas extranjeras, como parte de un andamiaje legal que se elaboró para defender las privatizaciones y que sigue intacto.
No obstante, agregó, “si la Corte resuelve de que ya no va a haber esta prisión preventiva y que van a poder salir como entran los delincuentes, respeto la decisión, pero no quiero ser cómplice. No quiero que mañana me digan: ‘Oiga, ¿y por qué salió de la cárcel este delincuente de cuello blanco?’ Voy a tener que repetir: Pues no fuimos nosotros, fue el juez, fue el Poder Judicial. Pues sí, pero ya salió y entonces México sigue siendo el país de la corrupción y de la impunidad”.
López Obrador citó el caso de José Bernabé Brizuela, alias La Vaca, quien como líder de célula en un grupo escindido del CJNG fue liberado por un juez por delitos federales y sólo se mantiene preso porque se acreditó su vinculación a otros ilícitos del fuero común. “Nada más porque no dormimos. Tenemos que estar pendientes y ya estaban a punto de soltarlo”.
Sobre la violencia en Zacatecas, el Presidente recordó que hay un plan para la entidad desde hace meses y que ha arrojado resultados, como varias aprehensiones, porque “no hay impunidad”. Censuró que los medios de comunicación aborden los temas de seguridad con “amarillismo”.
Al abundar sobre la estrategia de seguridad reiteró que mañana remitirá al Congreso la iniciativa de ley para trasladar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. Reivindicó con cifras la construcción de esta corporación: actualmente tiene ya 115 mil efectivos (frente a los 40 mil que tuvo la Policía Federal Preventiva); hay 242 cuarteles construidos, de una meta de 594. Por ello, reiteró, es una estructura que se debe consolidar.