Ciudad de México. El Banco de México redujo de 2.4 a 1.6 por ciento la perspectiva de crecimiento para el próximo año, revisión que refleja un “escenario más adverso” para la economía mexicana, debido al deterioro de las expectativas y mayor incertidumbre en el entorno internacional. Para 2022 mantuvo sin cambios la previsión de 2.2 por ciento, debido a que la actividad en el primer semestre fue mejor a lo que se esperaba.
“La incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia, las consecuencias del conflicto bélico en Europa del Este, el entorno económico por el que atraviesa Estados Unidos y los elevados niveles de inflación a nivel global han contribuido a deteriorar las perspectivas para el crecimiento global” y las de México, advirtió la gobernadora del banco central, Victoria Rodríguez Ceja, en una participación entrecortada dado que se recupera de un segundo contagio de covid.
Durante la presentación del Informe Trimestral correspondiente a abril a junio de 2022, Rodríguez Ceja reiteró que las expectativas de inflación han repuntado en el corto plazo y en menor medida lo han hecho para el largo plazo. Esos son parte de los datos que se usan para definir el curso de la política monetaria y no necesariamente replicar lo que haga la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, agregó.
“No tenemos un objetivo definido con base en el diferencial entre México y Estados Unidos”, enfatizó la gobernadora Rodríguez Ceja, luego de los cuestionamientos sobre lo dicho la semana pasada por el presidente de la Fed, Jerome Powell, quien durante su participación en Jackson Hole advirtió que continuarán las alzas en la política política monetaria en ese país.
También sobre lo dicho por Powell fueron consultados la subgobernadora Galia Borja, quien recordó que México inició antes que Estados Unidos el ciclo de alzas en su política monetaria, y el subgobernador Gerardo Esquivel. Él consideró que no porque la Fed necesite hacer aumentos adicionales en su política monetaria, el Banco de México debe replicarla en automático.
Esquivel agregó que llega un momento en que las condiciones en la economía mexicana prevalecen para definir cuándo se puede desacoplar el ciclo con el de Estados Unidos. Recalcó que, además de que México inició antes las alzas y la política monetaria ya es restrictiva, la Fed tiene otras condiciones para analizar las presiones de demanda y mercado laboral de ese país.
De acuerdo con el Banco de México, se espera que la inflación toque su máximo este tercer trimestre, a 8.5 por ciento, lo mismo que su componente subyacente, a 7.9 por ciento, y que ahí desacelere su ritmo para llegar al objetivo del organismo central (3 por ciento, con un rango de un punto porcentual) en los primeros tres meses de 2024.
Sobre la presiones que puedan tener los incrementos salariales en la inflación, la subgobernadora Irene Espinosa consideró que “lo más deseable es que el mercado determine cuáles serían los salarios” y que se aten a la productividad.
Mientras, el subgobernador Jonathan Heath consideró que los subsidios a la gasolina han ayudado mucho para acotar la inflación en el país, una vez que se compara con otras economías. Agregó que sin esta política, el encarecimiento generalizado de precios podría ser mucho más elevado, pero no será de mucha ayuda una vez que se comience a retirar el estímulo, además de que ha tenido un alto costo de oportunidad para las finanzas públicas.
Rodríguez Ceja agregó que el banco central parte de un escenario en el que Estados Unidos no entre en recesión este año, ni lo haga México. Reconoció que sí hay una afectación del entorno internacional y eso se ha visto en los datos de actividad económica de ese país, pero es contrarrestado por el mercado laboral.