Kiev. Las fiestas rara vez comienzan con un pinchadiscos (diyéi) que llega en uniforme militar, pero esta es la realidad de la escena de la música electrónica de Ucrania en tiempos de conflicto.
Antes de que comenzara la invasión rusa, la capital ucrania, Kiev, se estaba convirtiendo rápidamente en uno de los principales destinos europeos de la vida nocturna. Ahora, sus jóvenes creativos están empezando a reconstruir un tejido cultural devastado por el conflicto.
El diyéi uniformado es Artur Bhangu, un estudiante de oftalmología de 25 años que se alistó en las fuerzas de defensa territorial de Kiev cuando empezó la incursión.
En conversación con Reuters, señaló que se alegraba de poner música para recolectar fondos para las fuerzas armadas de Ucrania, ya que parte de la recaudación del acto se donará a ellas.
“Tan pronto como la situación en Kiev se calmó, empezamos a pensar en cómo ayudar a nuestros amigos con la música (...) para recoger donaciones y ayudar a los que están en el frente”, puntualizó Bhangu antes de ponerse la ropa de civil para su actuación.
El sábado por la tarde, en el soleado patio de una fábrica en desuso, uno de los muchos espacios industriales de la época soviética en ruinas que han sido reutilizados por artistas y músicos en el distrito de Podil, se reunió una multitud vibrante.
Las cosas se complican por el toque de queda de Kiev a las 11 de la noche, pero el organizador y líder de cartel del concierto, Garik Pledov, de 34 años, dice que el cambio forzado a la luz del día tiene sus ventajas.
“Incluso me gustan más cuando se hacen de día, porque las fiestas se han convertido en algo más relacionado con la música, la cultura y la conversación que cuando se celebraban de noche”, mencionó.