La voluntad y disposición de las autoridades para concretar la federalización de los servicios de salud en la Ciudad de México tiene diversos retos por delante; entre éstos, la complejidad del sistema sanitario de una de las urbes más grandes del mundo, donde por años no se invirtió en infraestructura. El resultado de ese abandono está en la carencia de servicios en colonias de la periferia, así como falta de personal en las unidades médicas. Frente a esto, se requiere una transformación, señaló Oliva López Arellano, titular de la Secretaría de Salud local.
El diagnóstico sobre la situación de las instalaciones médicas, necesario para transferir al IMSS-Bienestar la administración del primer y segundo nivel de atención, lleva un avance de 80 por ciento, pero el proceso iniciará sólo con el Hospital General de Cuajimalpa, que se prevé inaugurar en septiembre. Todavía no hay fecha para la firma del convenio marco entre el gobierno capitalino y el IMSS-Bienestar, indicó.
En entrevista, la secretaria López Arellano explicó que lo primero será lograr el diseño de un modelo de salud urbano para una gran ciudad, que subsane las desigualdades y aumente la oferta de servicios.
Se trata, además, de reconocer y mantener lo que funciona y da resultados, como el programa Salud en tu Vida, modelo de atención comunitaria con un enfoque integral que incluye los determinantes sociales de la salud y la participación de las personas.
Como complemento de Salud en tu Vida, se impulsan acciones para la recuperación del espacio público, las áreas deportivas y los parques donde las personas puedan realizar ejercicio físico.
Otros factores que influyen en la salud y calidad de vida es el abasto de agua potable y la disponibilidad de alimentos saludables en sustitución de los productos procesados sin aporte nutrimental.
Para la centralización de los servicios sanitarios también se requiere hacer cambios en algunos hospitales, como los pediátricos que se ubican en zonas donde es baja la demanda, pero se necesitan áreas de atención geriátrica y otras especialidades médicas; además, se debe ampliar la capacidad de clínicas ambulatorias y las estrategias de prevención y promoción de la salud.
En el ámbito administrativo se encuentra uno de los mayores desafíos del plan para la federalización. López Arellano lo explica así: “Tenemos una plantilla envejecida. Es el personal que construyó las instituciones, han sido el pilar de los servicios”, pero ahora, su edad tiene impacto en la operación, como se vio durante la pandemia de covid-19.
Más de 4 mil trabajadores –de 35 mil en ese momento– tenían más de 60 años de edad o alguna comorbilidad, por las cuales dejaron de asistir a sus labores para protegerlos.
Otro fenómeno es que tienen dos o tres trabajos debido a que deben complementar sus ingresos. La secretaria López Arellano advirtió sobre la importancia y necesidad de mejorar las condiciones laborales y salariales del personal a fin de transitar hacia la federalización.
No es un asunto menor, especialmente si se considera que el presupuesto de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Ssa-CDMX) es de 14 mil millones de pesos en 2022, con una aportación significativa de recursos por parte del gobierno local, los cuales se han aplicado en programas como el de la regularización de las plazas.
La funcionaria recordó que al inicio de la actual administración había 7 mil personas en el código “Nómina 8”, el cual no ofrece estabilidad laboral, ya que sus contratos son anuales, pero sin cotizar para obtener una jubilación.
Con el programa Galeno Salud se incluyó a 5 mil empleados que, además de seguridad en el empleo y prestaciones, tuvieron un aumento salarial, aunque marginal, reconoció López Arellano.
Uno más de los desafíos que se deben resolver es el asunto de que “hay muchas formas de contratos”. Cuestionada sobre la poca información que tiene el personal, comentó que se platicará con todos cuando haya algo concreto aunque, puntualizó, hubo un compromiso de respetar la antigüedad y los derechos adquiridos por los trabajadores.
“No tienen nada de qué preocuparse” porque en realidad hace falta completar plantillas en las áreas médica y de enfermería.
Como ejemplo se refirió al nuevo Hospital de Cuajimalpa, en el que se requieren 750 personas para poder abrirlo. En el antiguo nosocomio materno infantil, donde en enero de 2015 una explosión por fuga de gas obligó a cerrarlo, había 110 empleados, quienes han manifestado su interés por laborar en la nueva unidad hospitalaria.
Faltan más de 600 plazas, para las cuales hay una convocatoria de contratación a través del IMSS-Bienestar, que se asignarán a las áreas de cirugía general, medicina interna, ginecoobstetricia y pediatría. También se necesitan médicos para la consulta externa, hospitalización y urgencias.
Otro asunto pendiente es la situación en que quedarán los servicios de especialidad que ofrece el gobierno de la Ciudad de México: dos Clínicas Condesa para VIH/sida, el Centro Dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua y la Unidad de Salud Integral para Personas Trans, inaugurada en octubre de 2021, los cuales forman parte de la red de atención a cargo de la administración capitalina y seguirán operando, lo mismo que otras actividades como la vigilancia epidemiológica y la seguridad sanitaria. Nada de esto se interrumpirá, afirmó López Arellano.