Ciudad de México. En el actual rectorado de Enrique Graue, hay buenas posibilidades de que se retomen las reformas al Estatuto del Personal Académico (EPA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las cuales son necesarias para que los técnicos académicos y otros profesores dejen de ser tratados como “trabajadores de segunda”.
Así lo afirmó Juan Pablo Morán Pedraza, consejero universitario de la Facultad de Medicina, quien recordó que las modificaciones y mejoras a dicha norma han sido un tema pendiente de concretar desde el Congreso de 1990.
En entrevista con La Jornada, el estudiante recordó que en 2004 –cuando era rector Juan Ramón de la Fuente—se convocó a diversos investigadores y maestros para conformar un Claustro Académico de 105 integrantes, los cuales trabajaron hasta 2010 en una propuesta de modificación del EPA.
Dicha iniciativa se presentó ante el Consejo Universitario en diciembre de 2010, y en marzo del año siguiente una comisión encargada de analizar el tema le presentó al pleno del mencionado organismo un “trabajo articulado y comparativo” del Estatuto vigente y de la propuesta que se formuló en seis años de trabajo.
Sin embargo, la posible reforma al EPA nunca se concretó y el tema quedó suspendido de manera indefinida. Ante ello, un grupo de consejeros universitarios mencionó el punto en la reunión ordinaria del CU del pasado miércoles y pidió que las modificaciones se lleven a cabo.
“No sé por qué se dejó, pero parece que uno de los limitantes era la cuestión económica. Sin embargo, el rector Graue dijo que se iban a empezar a retomar esos trabajos. Hay una buena posibilidad de que después de este miércoles se inicie, para revisar los puntos del Claustro Académico, actualizarlos y ver su resuelve los problemas a futuro” de la Universidad.
Luego de celebrar que Graue ha manifestado voluntad para resolver este tema, Morán subrayó que uno de los principales objetivos de las modificaciones al EPA es reconocer la importancia de los técnicos académicos, quienes muchas veces son vistos “como trabajadores de segunda, con garantías que ellos no tienen y otros profesores sí”, como el derecho a un año sabático.
El consejero estudiante recordó que la demanda de modificar el EPA viene desde el Congreso Universitario de 1990 –producto de la huelga de 1987--, y aunque admitió que “sí ha habido cambios que han beneficiado al personal académico, todavía falta muchos puntos” por resolver.