A pesar de las evidencias sobre el creciente envejecimiento de la población mexicana, las autoridades del país todavía no han desarrollado políticas públicas integrales para atender a este sector, advirtió Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista con motivo del Día Nacional de las Personas Adultas Mayores –que se celebra hoy–, la experta señaló que en México persisten condiciones de violencia y maltrato contra los ancianos, y que muchas de las instituciones de cuidado no están reguladas ni supervisadas por el Estado.
Montes de Oca resaltó que, a diferencia de otros países latinoamericanos, como Brasil o Cuba, en México sigue sin haber programas intersectoriales y coordinados de atención a las personas adultas mayores, en el que participen diversas instituciones gubernamentales y no sólo las secretarías de Bienestar o de Salud, “como si la vejez fuera una enfermedad”.
Buena parte de las necesidades de esta población, recalcó, podrían ser atendidas por un sistema nacional de cuidados –cuyo surgimiento han pedido diversos expertos y organizaciones–, incluido dentro de una serie de esfuerzos coordinados en el que también intervengan las familias, la comunidad y el mercado de instituciones privadas de atención.
Con respecto a dichos establecimientos, la investigadora destacó que son “muy heterogéneos y no están regulados completamente por el Estado, y cuando digo ‘regulación’ no estoy diciendo ‘vigilancia’, sino colaboración. Si bien estos organismos auxilian a las familias y a la sociedad, lo cierto es que las autoridades a veces omiten darles seguimiento”.
Diversas investigaciones sobre el tema “han mostrado que las personas que atienden estos lugares muchas veces no tienen la capacitación adecuada para atender a las personas mayores desde una perspectiva de derechos humanos. Esto nos abre la puerta a pensar en los reclusorios, los conventos y otros espacios donde están residiendo muchas personas. Como sociedad, debemos comprometernos a saber que no están olvidadas ahí”.
Consultada respecto a cuál es el mejor lugar para que las personas mayores sean atendidas, Montes de Oca afirmó que se debe respetar el derecho de éstas a permanecer en el lugar donde se sientan más cómodas, “porque a veces en México las movemos como si fueran un objeto. Sé que eso responde a estrategias de las familias, pero también a una lógica de no ver las necesidades y deseos” de quienes requieren cuidados.
La investigadora de la UNAM también alertó que en el país siguen siendo comunes los escenarios de violencia en contra de personas mayores, tanto física, emocional y hasta financieramente, y más cuando se conjuntan diversos factores de discriminación, como ser mujer, indígena o vivir con alguna discapacidad.