La Haya., Las autoridades sacaron a unos 400 solicitantes de asilo de un campamento improvisado en el exterior de un abarrotado centro de acogida en Ter Apel, en el noreste de Holanda, luego de que un reporte calificó el lugar, donde cientos de personas dormían a la intemperie, como un peligro para la salud.
Los migrantes fueron trasladados a alojamientos alternativos en otros lugares, explicó ayer Leon Veldt, vocero de la organización gubernamental encargada de dar cobijo a solicitantes de asilo.
La medida se tomó luego de que un equipo de la Inspección de Sanidad y Juventud visitó el deportivo de Ter Apel, que fungía como albergue, y determinó “un grave riesgo de brotes de enfermedades infecciosas por la falta total de higiene”.
La víspera, 150 personas fueron trasladadas a dos pabellones deportivos en una ciudad del centro del país, luego de la crisis provocada por los 700 refugiados que durmieron a la intemperie esta semana.
Mientras, continúa en investigación la muerte de un bebé de tres meses ocurrida en el improvisado albergue de Ter Apel.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, se dijo antier avergonzado por las escenas en Ter Apel, por lo que su gobierno anunció medidas para aliviar la falta de alojamiento para los solicitantes de asilo; entre ellas, se limitó temporalmente la reunificación de las familias refugiadas y el número de migrantes que entran al país en virtud del acuerdo alcanzado en 2016 entre la Unión Europea y Turquía.
Atacan albergue en Leipzig
En tanto, la policía alemana abrió una investigación por un ataque con cocteles molotov contra un albergue de refugiados en la ciudad de Leipzig. Los bomberos pudieron extinguir el fuego provocado por los atacantes y nadie resultó herido.
Armin Schuster, ministro del Interior de Sajonia, anunció en Twitter que se está reforzando la seguridad en todas las instalaciones de acogida para solicitantes de asilo. Agregó que el ataque es una señal “de que estos crímenes inhumanos no son cosa del pasado”.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, reclamó más apoyo para garantizar la asistencia y buscar soluciones a los casi 250 mil refugiados que viven en Tanzania, contemplando incluso el retorno voluntario de parte de ese colectivo.
Grandi concluyó una visita de tres días a Tanzania en la que habló con la presidenta, Samia Suluhu Hassan, y recorrió albergues en que habitan más de 248 mil refugiados.