Ciudad de México. Con la dignidad, firmeza y coraje que los ha distinguido a lo largo de cerca de ocho años de exigir verdad y justicia, ayer madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, reiteraron que no claudicarán en su lucha hasta tener pruebas científicas “indubitables” sobre el paradero y destino de sus hijos.
Tras marchar del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, al cumplirse 95 meses de la desaparición de los jóvenes, reconocieron que en el informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso se acepte que los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 “fueron un crimen de Estado” –como ellos lo han advertido desde un inicio–, y que tenga elementos positivos que ayudarán en las investigaciones, pero resaltaron que aún no está esclarecido dónde están sus muchachos.
Al dar a conocer su primera postura conjunta sobre las conclusiones preliminares de la comisión, entre las cuales se señala que no hay indicios para afirmar que los 43 estudiantes estén vivos, sostuvieron: “Será doloroso para nuestras familias saber de su destino, sobre todo si es sin vida, pero si nos dan prueba objetiva, científica e indubitable, nos iremos a casa a llorarles y vivir nuestro duelo. A la fecha estas pruebas no las tenemos, por lo tanto nuestra exigencia y lucha siguen”.
Después de más de una semana de intensa actividad para los padres y madres de los normalistas, ayer volvieron a marchar pese a la fuerte lluvia que cayó en el Centro Histórico. En esta ocasión los familiares de los jóvenes estuvieron más arropados que en meses anteriores y fueron acompañados por alumnos de diversas normales rurales, así como integrantes de organizaciones.
“¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, “26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa”, “¡Fue el Estado!” y “¡Todos somos Ayotzinapa!”, fueron algunas de las consignas que exclamaron y portaron en carteles los manifestantes.
Antimonumento
Aunque la lluvia no daba tregua, los padres y madres de los jóvenes realizaron la tradicional parada en el antimonumento +43 para el pase de lista. Después, a su llegada al Hemiciclo a Juárez, empapados, realizaron un breve mitin en el que también se pronunciaron sobre la detención del ex procurador Jesús Murillo Karam, por su presunta responsabilidad en los delitos de desaparición forzada, obstrucción para la procuración de justicia y tortura.
“Representa un avance en el camino del acceso a la justicia”, afirmaron. El ex funcionario “condujo una investigación turbia, irregular, plagada de tortura, de manipulación y siembra de pruebas, construyendo así una mentira que impidió saber el paradero de nuestros hijos”.
Reconocieron que en su informe, la comisión que preside el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, evidencie que diversas entidades estatales participaron en la desaparición de los 43 estudiantes, así como Policía Federal y elementos del 27 y 48 batallones de infantería y de la 35 Zona Militar.
Vidulfo Rosales, abogado de los familiares, indicó que si bien el ex presidente Enrique Peña Nieto no aparece en las indagatorias, “lo que solicitamos es que se investigue toda la cadena de mando, hasta la más alta responsabilidad”.
Estos días “han sido muy difíciles, el informe que nos presentaron fue muy fuerte, pero como hemos dicho, vamos a seguir en pie de lucha hasta alcanzar la verdad y se haga justicia, porque los ex funcionarios violaron la ley, burlándose de nosotros, del pueblo y de todo el mundo”, expresó Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio.
Tras la movilización, los centros de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y el de la Montaña Tlachinollan, así como Fundar y Serapaz, respaldaron el posicionamiento de los familiares.