Bogotá. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, invitó ayer a los campesinos cocaleros a discutir con el gobierno sobre una transición hacia una economía legal, al visitar la convulsa región del Catatumbo, donde el miércoles pasado individuos armados atacaron la avanzada de la caravana presidencial.
“Me parece una idea sugerente, interesante, que se realice en el Catatumbo”, una región fronteriza con Venezuela, “la primera asamblea de campesinos cultivadores de coca”, aseguró el mandatario en el municipio de El Tarra, cuya visita se había cancelado por el ataque.
El Catatumbo es la región con más hectáreas de coca sembradas del mundo, 40 mil, según Naciones Unidas, y una de las mayores rutas del narcotráfico.
Las conclusiones de los cocaleros en esa asamblea, enfatizó Petro, le mostrarán al gobierno “los caminos, las políticas públicas, los senderos que permitan lograr que una familia campesina que hoy se dedique a la hoja de coca (...) pueda sustituirlo por una actividad (legal) que le garantice más calidad de vida”.
Con un fuerte equipo de vigilancia, Petro escuchó a la comunidad y desarrolló un consejo de seguridad con parte de la cúpula militar, los ministros de Defensa, Interior y Agricultura y mandatarios locales.
Al término de la reunión, el presidente aseguró en una declaración pública que todos los actores armados que operan en el Catatumbo se han comunicado con el gobierno nacional pidiendo abrir negociaciones. Petro, quien en su juventud militó en una guerrilla que entregó las armas en 1991, pretende acallar los grupos armados negociando y sometiendo a la justicia a las bandas.
La víspera, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, sostuvo a la prensa que aún investigan quién está detrás del ataque a la avanzada presidencial.
La información oficial indica que al menos seis sujetos instalaron un retén ilegal en la carretera y atacaron con armas de fuego a los vehículos oficiales. No se registraron heridos.