Transcurridas poco más de tres semanas desde que 10 mineros quedaron atrapados en El Pinabete, un pozo disfrazado de mina en la región carbonífera de Coahuila, no hay visos de un rescate a corto plazo, con todo y que el gobierno federal ha hecho todo lo posible por lograrlo. “La instrucción es que no nos demos por vencidos; no va a suceder lo de Pasta de Conchos, cuando se decretó (cinco días después de la explosión y con la venia del gobierno foxista) que no había ya ninguna posibilidad de recuperar a los mineros; nosotros no, ahí vamos a estar”, dijo ayer el presidente López Obrador.
Se ha hecho y se hará todo lo posible para rescatar a los mineros; “se está buscando cuál es la mejor opción; ahora lo más importante es el rescate; desde luego que hay una indemnización (para los familiares), pero eso no es el tema”, dice el mandatario, pero a pesar de todos los esfuerzos hasta ahora no se ha logrado. “Se está dialogando; es muy triste, entendible, la situación de los familiares de los mineros atrapados, merecen toda nuestra consideración, respeto, son situaciones muy graves, lamentables”.
Ayer, el presidente López Obrador lo narró así: “¿Qué sucedió? Pues se inundó la mina, estaban 15 trabajadores, cinco se salvaron. Se infiere que fue por la misma presión del agua, porque la mina se inunda porque está ubicada junto a una mina muy grande abandonada, inundada y se presume que hubo una ruptura de las paredes y por ahí se filtró el agua en gran cantidad, en grandes volúmenes y se inundó la mina.
“Los técnicos, Protección Civil, los miembros del Plan DN-III de la Secretaría de la Defensa decidieron poner bombas grandes para extraer el agua de los pozos de carbón. Y se fue avanzando, avanzando, avanzando, ya prácticamente se habían achicado los pozos y de repente se vuelven a inundar. Entonces, se sigue bombeando, estamos hablando de 600, 800 litros por segundo que se extraen, no ha parado el bombeo, pero siguen estando altos los tirantes de agua.
“Se hizo una revisión técnica, qué otra opción, qué otra alternativa, entonces decidieron los técnicos que la otra opción era escarbar el terreno para poder entrar a la mina, nada más que eso lleva más tiempo. Y antes de tomar esa decisión di la instrucción de que se les consultara a los familiares, y ayer se les consultó y ellos, pues no están de acuerdo. Se sigue hablando con ellos, se hace esa labor. No es que no quieran rescatar a sus familiares, es que les parece mucho tiempo (se ha estimado un plazo de 11 meses). Y hoy también los técnicos van a explorar si se puede acortar el tiempo con más extracción de agua. Aun cuando sostienen que estando con menos agua los pozos de carbón, de todas formas, hay riesgos, que habría la manera también de controlarlos.”
Desde el inicio de los trabajos de auxilio en El Pinabete, el presidente López Obrador anunció que el rescate de los mineros es lo prioritario, y posteriormente se investigaría a quiénes se concesionó la mina, los responsables, oficialmente, de la tragedia, pero hasta ahora no se conoce mayor detalle. Sin duda, ambos elementos pueden desarrollarse de forma paralela, pero lo segundo ha quedado en el aire.
Es terrible, por lo que el gobierno federal debe ir más allá para que no se repitan casos como el de El Pinabete, algo que por lo demás es el pan de todos los días en Coahuila y en no pocas zonas mineras del país, en las que los trabajadores carecen de las más elementales medidas de seguridad (siempre ante la siempre complaciente Secretaría del Trabajo), amén de la existencia de un amplio mercado negro de concesiones (ante la impávida mirada de la Secretaría de Economía), mientras los barones siempre permanecen intocados y cada día más ricos.
En pocas palabras, urge una nueva ley minera que ponga orden en esta actividad, Hasta ahora las grandes fortunas son para los magnates y la miseria para los mineros (así como la permanente violación de sus derechos laborales), sus familias y las poblaciones. Y se trata no solo del litio, ya de la nación, sino de la abundante y, al parecer ser, inagotable riqueza mineral del país.
Las rebanadas del pastel
Mientras avanza el programa gubernamental Internet para Todos, que beneficiará a 140 mil pequeñas comunidades aisladas del país, es decir, “a los pueblos donde no llegan las empresas particulares porque no les representa negocio” (mienten descaradamente quienes aseguran que “todo México es Telcel”), va un abrazo para la dueña de mis quincenas por una velita más en el pastel.