Cruz Azul encontró alivio en un estadio Azteca semivacío con un triunfo agónico sobre el Querétaro (2-1) en la fecha 11 de la Liga Mx. Paradójicamente, no hubo festejos excesivos después de cuatro derrotas consecutivas. Lo que abundó, más bien, fue un recital de advertencias y reclamos de la afición celeste, que pidió a sus jugadores hacer maletas sin importar el resultado.
Aunque la directiva dispuso una promoción de 2x1 en entradas para evitar la soledad de las gradas, sobraron miles en taquillas. En el campo, La Máquina fue un equipo con pocas ideas.
Los más de cuatro mil aficionados que se dieron cita en el inmueble protestaron de nuevo con cánticos desafiantes.
“¡Jugadores, jugadores, hagan las maletas ya, Cruz Azul les queda grande, miren qué vergüenza dan!”, retumbó en la cabecera norte al compás de los tambores de la barra Sangre Azul. El técnico Raúl Gutiérrez dirigió su primer encuentro como interino, pero no se salvó de las rechiflas.
El gol de cabeza de Rodolfo Rotondi, asistido por un centro de Gonzalo Carneiro, liberó a los locales de la presión del inicio (33); no obstante, las manifestaciones siguieron.
Al 35, los integrantes de la Sangre Azul guardaron silencio durante cinco minutos para hacer sentir más solos a los jugadores. Y luego, al 75, cantaron de espaldas hacia la cancha.
Ajenos a la ruptura celeste, los Gallos, que vendieron cara la derrota, desperdiciaron un par de ocasiones para lograr el empate. Sin embargo, lo lograron por medio de Clifford Aboagye (77), aprovechando la expulsión del chileno Iván Morales.
Justo en el cierre de la tarde, el uruguayo Christian Tabó tomó la pelota, acomodó un pase de Erik Lira y mandó un globito por encima del guardameta Washington Aguerre para celebrar la victoria con sus compañeros de banca (83).
Con este resultado, Cruz Azul llegó a 11 puntos en la décimocuarta posición, mientras Querétaro se quedó en el último lugar con siete.