El inicio de la travesía de Rosy Arango por la mexicanidad gozosa, musical y tradicional se le dio desde la infancia; la cantante recuerda: “comencé, desde muy niña, siempre cantando música mexicana. Mi madre cuenta que en cada cumpleaños pedía un traje tradicional de algún estado del país”. Y la permanencia de sus afectos por nuestra tierra se ha manifestado a lo largo de su trayectoria. Esto quedará patente el próximo 15 de septiembre en su presentación en el Lunario.
Rosy Arango tiene un bagaje artístico elaborado desde su adolescencia. Ella lo abrevia así: “estudié en la escuela de iniciación artista de la Ollin Yoliztli de la mano del maestro Daniel García Blanco; entre los 14 y 15 años empecé en el Teatro Blanquita abriéndole el espectáculo a Martín Urieta y Alberto Ángel, El Cuervo, acompañada por el mariachi Oro y Plata de Pepe Chávez. Gracias a esto BMG Ariola me firma; sin embargo, en ese momento estaba muy tiernita –15 años– y me decían que la música mexicana no servía, que no tenía que cantar eso y me graban un disco con música grupera y con mariachi, lo produjo Aníbal Pastor. No pasó nada. Porque estoy convencida que si tú no eres franco y honesto con lo que tú amas hacer, la gente no lo recibe. No lo entendía porque era muy joven. Salgo de BMG porque obvio, no reventó. Mi peregrinar siguió y tocando puertas un día llego a Tele de noche –con Coque Muñiz– donde había dos concursos: Las piernas más bonitas y Las grandes voces. Hice casting para los dos y me quedé en Grandes voces y gané. Me dieron 100 mil pesos. Grabé mi primer disco: Rosa mexicana. Y de ahí sin parar seguí como artista independiente. Después el disco Orgullosa de ser mexicana con el mariachi Arriba Juárez y luego, La hija de Villa. Allí me nombraron La voz del Bicentenario. Después, mis fans pagaron el disco Mi nombre es México. Empecé a girar con el maestro Manzanero. Me fue muy bien. Conozco a Pancho Céspedes y trabajo con los dos. Logro llegar al Lunario en febrero, y en marzo, se viene la pandemia”.
Este largo lapso generó una tripleta de grabaciones de Arango “México inmortal es un sueño bonito de amor por mi país. Este año salió el volumen III que es un homenaje a las reinas y reyes de la canción regional y con un concepto sonoro diferente, incluyo la tuba sinaloense, el salterio, flautas y cuerdas”.
Voz de tequila y madrugada, y la esencia de aquel México se pasearán por el Lunario, recinto pegado al Auditorio Nacional. Dice Rosy: “me va a tocar dar el Grito cerquita del Ángel de la Independencia y, buscamos fuera ese día –15 de septiembre–, porque es la celebración más grande de nuestro país. Y hay que cantar con orgullo nuestras letras. Esa noche es el resultado y le daremos abrazo grande a nuestros tres discos México inmortal. Ya tengo mi repertorio, no puede faltar México lindo y querido, de Chucho Monje; Paloma negra, Cucurrucucú paloma; pero lo más bonito es que va a estar el mariachi y el ensamble y, si el público quiere que esta cancionera se aviente una canción en particular, lo haré. De eso se trata, que celebremos la grandeza de la música mexicana que va desde el mariachi, el son huasteco, el hidalguense y el jarocho y todo el abanico y crisol de canciones que hay en nuestro país”.
México de mis amores se presentará el próximo 15 de septiembre a las 20:30 horas, en el Lunario.