Con la intención de evitar la propagación del dengue se han desplegado en México diversas acciones. Por ejemplo en Baja California Sur y Yucatán, las autoridades sanitarias han aplicado una estrategia innovadora, la cual consiste en infectar mosquitos Aedes silvestres con la bacteria wolbachia, señaló la Secretaría de Salud (Ssa).
Esa bacteria compite con virus de enfermedades como el dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla; esto dificulta la capacidad de reproducción de los virus dentro del mosquito.
En el Día Internacional contra el Dengue, la Ssa detalló que el modo de acción es por competencia, por lo que los mosquitos son incapaces de transmitir el virus a personas sanas. Por esta razón, se crían mosquitos infectados con la bacteria y después son liberados en zonas afectadas por enfermedades transmitidas por el vector.
Detalló que en el mundo anualmente se registran unas 400 millones de infecciones por dengue.
Esta enfermedad es transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que en su forma grave puede ocasionar fiebre alta y síntomas similares a la gripe, sangrado intenso, descenso repentino de la presión arterial, e incluso la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que alrededor de la mitad de la población está en riesgo de contraer esta enfermedad, presente en zonas tropicales y subtropicales.
La población más afectada tiene entre 10 y 14 años; 15 y 19, y 20 a 24. La mayoría de pacientes con dengue no requiere hospitalización, ya que más de 80 por ciento de las infecciones generalmente son leves y asintomáticas.
En México, con el propósito de combatir el dengue, la Ssa lleva a cabo diversas acciones como la eliminación de criaderos de mosquito para evitar su crecimiento y reproducción.
También ha implementado campañas como: “Lava, tapa, voltea y tira”, “Sin criaderos, no hay mosquitos, y sin mosquitos, no hay dengue”, en las que se adoptan medidas a nivel domiciliario tales como vaciar, dar vuelta o eliminar recipientes que puedan acumular agua estancada.
Estas campañas están enfocadas en sensibilizar a las personas para reducir el número de depósitos de agua que puedan servir de criadero de mosquitos: llantas a la intemperie, cubetas, charcos, recipientes y otros. No exponer la piel a picaduras de mosquitos, usar repelentes, playeras de manga larga y pantalones largos, así como mosquiteros.
Asimismo, personas expertas trabajan constantemente en el desarrollo de nuevas y mejores estrategias para el control del vector en todas sus fases. Desde 2014 se implementaron las Unidades de Investigación Entomológica y Bioensayos (UIEB) para que las entidades federativas se constituyan como un centro de referencia en el estudio de los diferentes grupos entomológicos.
La información generada en las UIEB ha sido marco de referencia para la toma de decisiones en los distintos órdenes de gobierno en materia de control de vectores.
Como parte del trabajo está el proyecto de Monitoreo de resistencia a insecticidas, con el propósito de evaluar la susceptibilidad a insecticidas recomendados por el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece). El objetivo es actualizar y depurar la lista de insecticidas recomendados para el control de los vectores en México.
El dengue es una enfermedad de impacto epidemiológico, social y económico, que constituye un problema creciente para la salud pública mundial; en particular, para las Américas. Desde la reintroducción del dengue en este continente, durante la década de 1980, los casos han incrementado de manera constante con epidemias que ocurren de manera cíclica cada tres a cinco años.
En 2019 en las Américas se registró el mayor número de casos con más de 3.1 millones, que incluyeron 28 mil graves y mil 766 muertes. Sin embargo, durante los últimos dos años en México hubo un decremento; como ejemplo, en 2021 se registraron seis mil 746; en tanto que en 2019 hubo 39 mil 812.
Las entidades federativas más afectadas son Tabasco, con incidencia de 13.63 por 100 mil habitantes; Morelos (6.43); Guerrero (4.59); Estado de México (4.14); Sinaloa (4.06) y Oaxaca (3.75).
Existen diversos tipos de dengue: no grave, que puede manifestarse de forma parecida a un síndrome febril inespecífico; dengue con signos de alarma, como dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado y alteración del estado de conciencia.
Otro tipo es el dengue grave, que se caracteriza por choque por extravasación del plasma, acumulación de líquido con dificultad respiratoria, sangrado profuso, daño en órganos como el hígado y alteración de la conciencia.