La Paz. El presidente de Bolivia, Luis Arce, advirtió ayer que “jamás vamos a permitir, sobre nuestro cadáver, un golpe de Estado”, al encabezar junto con el vicepresidente David Choquehuanca y Evo Morales, ex mandatario que fuera depuesto, una multitudinaria marcha por “la reconstrucción económica” y contra “los intentos de desestabilización” en el país.
“El pueblo no se dejará sorprender nuevamente, sabe las consecuencias de estar bajo un gobierno de derecha y golpista, hemos sufrido encarcelamientos, muerte”, aseguró el jefe del Ejecutivo federal en la capitalina plaza de San Francisco ante miles de trabajadores, mineros campesinos, indígenas y organizaciones simpatizantes del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).
En noviembre de 2019, Morales fue conminado a renunciar por la cúpula de las fuerzas armadas en medio de protestas impulsadas por la oposición derechista, que sin pruebas, y con el respaldo de la Organización de Estados Americanos, alegó que hubo fraude en las elecciones en las que el líder aymara ganó un cuarto mandato presidencial.
Tras el golpe de Estado, y con el apoyo de la oposición ultraconservadora sin el aval de la Constitución boliviana, Jeanine Áñez asumió el Poder Ejecutivo, acción por la que desde marzo del año pasado se encuentra encarcelada y bajo proceso por su participación en el derrocamiento de Morales.
Arce señaló que desde este acontecimiento “el pueblo boliviano ha aprendido que la derecha sólo tiene cantos de sirenas para ellos, no realidades, carece de un programa, no posee un perfil del país que está construyendo, porque no les interesan esos temas”.
El oficialismo asegura de manera reiterada que la oposición de derecha arma un golpe de Estado contra Arce, en el poder desde noviembre de 2020. Además, que los adversarios políticos pretenden reditar una asonada golpista, como la ocurrida en 2019.
Señaló en su discurso que “la derecha siempre va a buscar excusas para desestabilizarnos”, pero “el pueblo boliviano no quiere más golpes, el pueblo quiere trabajar, progresar e industrializar el país”.
Destacó que las potencias occidentales “quieren de Chile el litio, gas, el hierro”, y alertó que “la derecha siempre buscará excusas para debilitarnos y desgastarnos, con la complicidad de varios actores en la sociedad”.
Al culminar la movilización, Arce tuiteó: “Una vez más, la madurez y sabiduría del pueblo boliviano se imponen para defender la democracia en esta histórica marcha. Los bolivianos no quieren más golpes de Estado, quieren trabajar e industrializar el país. ¡Muchas gracias, Bolivia! ¡Los golpistas no pasarán!”
Morales expuso que el interés del inversionista extranjero es limitado: “sólo nos quieren para garantizar la materia prima y no que demos el valor agregado” a los recursos naturales bolivianos.
Más tarde en su cuenta de Twitter señaló: “La unidad es la mejor defensa ante amenazas de Estados Unidos que con el Comando Sur dice estar ‘preocupado’ por no haber tomado control del litio. Gracias a la nacionalización Bolivia ejerce su soberanía sobre sus recursos naturales. No somos barrio olvidado ni patio trasero de nadie”.
Choquehuanca convocó a empresarios, militares, policías, universidades y más a defender la democracia, la estabilidad económica y los recursos naturales.“Nadie se salva, todos nos necesitamos”, enfatizó.
Aseveró que la oposición rechaza un censo de población y vivienda, previsto para 2024, solamente con afanes desestabilizadores.
En la manifestación se dieron cita solidarios del gobierno. “Hemos venido a defender a nuestro presidente Luis Arce Catacora”, afirmó a la Afp Angélica Mamani, dirigente sindical de 44 años.
Laurián Clemente Quiroz, militante de 33 años del gobernante MAS, explicó que participó de la marcha, porque “hay una conspiración de la oposición boliviana”.
Esta es la segunda movilización que realiza el gobierno en las recientes semanas bajo la convocatoria de al menos 100 organizaciones. Durante el recorrido, que se inició en El Alto, los simpatizantes portaron banderas bolivianas roja, amarilla y verde, además de las blanquiazules que pertenecen al MAS y la multicolor whipala.
Arce enfrentó dos recientes paros en la región de Santa Cruz, considerado motor económico del país y bastión opositor, como medidas de protesta por la postergación del censo poblacional. El censo, que debe realizarse cada 10 años y que estaba previsto a celebrarse en 2022, fue postergado por el gobierno de Arce hasta el 2024 aduciendo retrasos técnicos.
La próspera región de Santa Cruz sostiene que tiene más población que las estimaciones oficiales y que, por lo tanto, debe recibir más dinero estatal para obras sociales , y exige que el censo se efectúe en 2023, pues el aplazamiento del conteo de habitantes perjudica la distribución de fondos públicos.
Los oficialistas también cuestionan los reclamos de campesinos cocaleros opositores de Adepcoca contra un mercado paralelo de distribución de la planta y que es otra de las aristas desestabilizadoras.
La Paz ha sido escenario las pasadas tres semanas de choques callejeros entre policías y campesinos, en una disputa por el control del millonario negocio de venta de coca.