Bombay. El gabinete de la India aprobó el jueves una restricción de las exportaciones de harina de trigo para calmar los precios en el mercado local, informó el gobierno.
Nueva Delhi prohibió las exportaciones de trigo a mediados de mayo, cuando una abrasadora ola de calor redujo la producción y los precios internos alcanzaron un récord. En julio, India pidió a los operadores que obtuvieran un permiso antes de exportar harina de trigo.
Los precios locales del trigo subieron esta semana a un récord de 24 mil 500 rupias (306.71 dólares) por tonelada. Esta cifra supone un aumento de casi 20 por ciento respecto de los recientes mínimos que se produjeron tras la sorpresiva prohibición de las exportaciones del gobierno el 14 de mayo.
Esa medida puso fin a las esperanzas de que la India pudiera llenar el vacío de mercado dejado por la caída de las exportaciones de la región del mar Negro tras la invasión rusa a Ucrania del 24 de febrero.
Falta de fertilizantes impulsa alzas globales de alimentos
La noruega Yara, uno de los mayores fabricantes de fertilizantes del mundo, está recortando la producción de amoníaco debido al alza de los precios del gas, lo que plantea dudas sobre la capacidad de Europa para elaborar suficiente fertilizante para sus cultivos.
El amoníaco desempeña un papel fundamental en la fabricación de fertilizantes. Sin él, el rendimiento de los cultivos se deteriora porque no se reponen los nutrientes extraídos del suelo durante la cosecha.
Yara ha advertido en repetidas ocasiones que el mundo enfrenta una crisis extrema de suministro de alimentos debido a la combinación de los altos precios del gas, la guerra en Ucrania –un gran productor de cereales– y las sanciones a Rusia, un exportador de fertilizantes.
Los fertilizantes requieren grandes cantidades de energía para su producción. Fabricantes como Yara usan gas para el proceso, cuyo precio ha subido casi 40 por ciento en agosto y cerca de 300 por ciento este año.
“Eso va a hacer que el volumen suministrado en el suelo sea un poco menor. Y básicamente, la implicación a largo plazo es un aumento de los precios de los alimentos”, dijo el analista de Berenberg Bank, Adrien Tamagno.
Europa espera la cosecha de maíz más baja en siete años
En tanto, la Comisión Europea (CE) recortó su pronóstico para la cosecha de maíz de este año de la región en 10 por ciento, el segundo ajuste a la baja consecutivo, en medio de una grave sequía que afecta a la región.
La CE redujo su proyección de la producción de maíz utilizable en la Unión Europea en la temporada 2022-2023 a 59.3 millones de toneladas, por debajo de los 65.8 millones esperados hace un mes.
Esta sería la cosecha más pequeña en siete años. Los cultivos de maíz han soportado olas de calor y la que se espera sea la peor sequía de Europa en al menos 500 años.