Moscú. Seis meses después de iniciada la campaña militar rusa en Ucrania, el presidente Vladimir Putin firmó este jueves un decreto que aumenta, a partir del primero de enero de 2023, el número total del personal, tanto militar como civil, de las Fuerzas Armadas de Rusia, lo que presupone tener cerca de 10 por ciento más de soldados y oficiales.
El documento establece que el ejército ruso deberá tener dos millones 39 mil 758 miembros, de los cuales un millón 150 mil 628 serán soldados y oficiales, es decir, aproximadamente 137 mil más que ahora. El resto serán civiles, ocupados en labores administrativas o logísticas.
Desde noviembre de 2017, la anterior ocasión en que se incrementó el número, se mantenía intacto el total de personal del ejército y ahora el titular del Kremlin da tan sólo cinco meses para captar 137 mil soldados y oficiales más que –si no se desdice de su promesa de no mandar a la guerra a los jóvenes que por ley deben hacer el servicio militar obligatorio– tendrán que ser reclutados por contrato, como los que están combatiendo en Ucrania.
Poco después de anunciar, el 24 de febrero pasado, el comienzo de la “operación militar especial”, a fines de marzo, Putin firmó otro decreto para llamar a filas a 134 mil conscriptos entre el uno de abril y el 15 de julio de este año y prometió que esa medida nada tenía que ver con la intención de enviarlos a la zona de combates.
El vocero presidencial, Dimitri Peskov, dijo que su jefe dio la orden de no hacerlo y, unas semanas después, al conocerse casos de incumplimiento de esa instrucción del también comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, se destituyó a los oficiales implicados de modo ejemplar.
Al mismo tiempo, se empezó a aplicar la ley que prohíbe hablar del ejército y que, de forma aleatoria y a discreción, puede imputar a cualquier persona “desacreditar” el ejército y multarlo o condenarlo hasta 15 años de cárcel. Que se sepa, al día de hoy, al menos 224 personas tienen abiertas causas penales al considerar que se “desacredita” el ejército y se “difunden noticias falsas” al llamar “guerra” o “invasión” a lo que sólo puede ser, desde el punto de vista de las autoridades, “operación militar especial”.
Al margen de las bajas que haya podido sufrir el ejército ruso en Ucrania en los seis meses recientes –el 25 de marzo anterior fue la última vez que un portavoz militar, en esa ocasión el general Serguei Rutskoi, reveló cifras oficiales: mil 351 muertos y 3 mil 825 heridos– y de que, a pesar de que el fiscal general de Rusia, Igor Krasnov, afirmó que desde que comenzó la campaña militar las autoridades han bloqueado el acceso a 135 mil sitios de Internet, trascienden historias de soldados que no quieren renovar sus contratos, el decreto que firmó Putin este jueves denota que el ejército necesita refuerzos y, a la vez, no significa que todos esos 137 mil nuevos soldados, entre los cuales habrá muchos conscriptos, tengan que ir a combatir en Ucrania.
En vista de que el mandatario ruso no puede anunciar una movilización general por una “operación militar especial”: tendría que reconocer que Rusia está en guerra y el llamado masivo a filas tendría un impacto negativo en su índice de popularidad, los refuerzos de infantería que se quiere enviar a Ucrania deberán salir de voluntarios dispuestos a entrar al ejército por un sueldo, agrupados en batallones territoriales, y conscriptos que firmen un contrato.
En algunos lugares, como Tatarstán, ofrecen contratos por 260 mil rublos mensuales (más o menos 86 mil pesos) más premios por objetivos logrados y en otros más pobres, como la región de Saratov, tan sólo 150 mil (equivalente a 50 mil pesos), y en todos lados cada día de servicio se cuenta por tres para efectos de jubilación, de acuerdo con los datos que Viktor Murajovsky, coronel ® y director de la revista Arsenal de la Patria, proporcionó a la agencia noticiosa local RBK.
La preocupación que compartieron con La Jornada algunos padres que tienen hijos varones en edad de hacer el servicio militar es que, dentro de cinco meses o incluso antes, el número de voluntarios dispuestos a ir por contrato a la zona de combates resulte insuficiente.
Temen, en ese caso, que Putin tenga que romper su promesa para completar con conscriptos que no quieren firmar contrato –la única limitación por ley es que tienen que recibir cuatro meses de instrucción militar antes de ser enviados a una zona de combates– el número de soldados que requieren los generales para seguir cumpliendo la orden presidencial de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Un ataque ruso con misiles en una estación ferroviaria mató a 22 civiles en el este de Ucrania, en el día que se cumplieron seis meses desde el inicio de la invasión dirigida por Moscú. Vía Graphic News.