En la disputa por el gobierno de Coahuila el año próximo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el mandatario estatal, Miguel Riquelme Solís, tomaron la delantera al pactar la postulación del ex alcalde de Saltillo Manolo Jiménez Salinas como su candidato.
El acuerdo prevé, “para despejar cualquier duda”, un proceso interno de selección, del cual ya se advierte que saldrá avante Jiménez Salinas con una candidatura que se anunciará entre octubre y diciembre, y para la cual, además, está abierta la opción de negociar una alianza con el Partido Acción Nacional (PAN).
Del lado del PRI las cartas están echadas. Manolo Jiménez es un político de 38 años, que inició su carrera como representante de una colonia del poniente de Saltillo y fue regidor en la misma ciudad. De ahí saltó a la dirigencia del comité directivo priísta y después a diputado local, para ganar en 2017 la elección por la alcaldía de la capital del estado.
Obtuvo la relección en el ayuntamiento de Saltillo de 2019 a 2021, para terminar desempeñándose como secretario de Inclusión y Desarrollo Social con Riquelme. Su único contrincante interno para la candidatura al gobierno estatal es Jericó Abramo Masso.
Abramo Masso también fue alcalde de Saltillo. Se le recuerda como quien emprendió la pacificación del municipio y su región entre 2010 y 2013. Se ha desempeñado en dos oportunidades como diputado federal por el PRI.
El aspirante mantiene la propuesta de una elección interna por la candidatura y el jueves pasado ya comenzó el acercamiento con Manolo Jiménez, con el propósito de ir en unidad al proceso electoral del año próximo.
Así, la maquinaria político-electoral de los priístas se encuentra aceitada. Han conseguido mantener el gobierno estatal, a pesar de las vicisitudes de Riquelme, quien en 2017 ganó con escaso margen al panista Guillermo Anaya.
Ahora la consigna priísta es clara: “Nuestro candidato ya está trabajando en cómo gobernar a partir de 2023”. Al mismo tiempo, observan a Morena “trabajando, atorado en la búsqueda de quién será su candidato” para la gubernatura.
A la aspiración del morenismo, el PRI en Coahuila antepone su convicción de “hacer trabajo en la tierra”, en las colonias, los pueblos y pequeñas comunidades de las tres regiones objetivo: Torreón, Saltillo y la carbonífera, Monclova y Piedras Negras.
La estructura política y social que levantaron Enrique Martínez y Martínez, Humberto Moreira, Rubén Moreira y Miguel Riquelme constituye el principal argumento que presenta el tricolor para impulsar a un abanderado único, surgido de la actual administración.
Y para ese lugar se encuentra enfilado Manolo Jiménez Salinas, a quien se considera la continuidad de la escuela de Miguel Riquelme, “con las cartas suficientes para ganar la elección del año próximo”.
La previsión es que Torreón será operado por Riquelme, quien es oriundo de esa zona. El PRI estima que en Saltillo, Monclova y Piedras Negras el trabajo y los resultados que han arrojado los gobiernos tricolores en el estado y los municipios le garantizarán por lo menos 550 mil votos, suficientes para obtener el triunfo y mantener el enclave político en la entidad, con miras a los comicios presidenciales de 2024.