La Liga Mx está para locos. Tres de los cuatro grandes sólo han dado pesares a sus miles de seguidores en el aciago Apertura 2022, ponen al límite su paciencia y sólo los más fieles lucirán la playera, aunque ganen… Los seguidores de La Máquina creyeron haber probado la desgracia y toda clase de sinsabores durante casi un cuarto de siglo, sentíanse curtidos y, a partir del Clausura 2021, sonreían puestos de cara al sol, listos para vivir la otra cara de la moneda, convencidos de que no hay mal que dure cien años.
No obstante, el sábado comprendieron que el título logrado por Juan Reynoso fue sólo una tregua, un breve paréntesis. La nueva directiva resultó pan con lo mismo, el caos. La parcialidad cementera da vigor, vigencia y certeza a la corriente filosófica de Arthur Schopenhauer: la vida es sufrimiento. Abrazar el color celeste es estar dispuesto a soportar las peores humillaciones, como ese calamitoso 7-0 que taladró un orgullo maltrecho.
Daban vida a la ilusión tras un buen arranque de torneo, hasta que Santiago Giménez emigró a Europa y los dejó en la más cruenta orfandad. Luego les quitaron al directivo Jaime Ordiales, el vestidor se partió y los jugadores le tendieron la cama al técnico Diego Aguirre –no se puede concluir otra cosa ante tanta indolencia, falta de profesionalismo y dejadez en la cancha–, el portero colaboró al menos en dos goles.
Los futbolistas ganan demasiado, entrenan poco y ni siquiera se aplican en hacer lo que les corresponde. Bien dijo el ariete francés André Pierre Gignac, quien tras siete años en el país tiene suficiente experiencia y elementos de juicio; apuntó que el único equipo en México que trabaja con seriedad, al estilo europeo, es Pachuca, así que los demás tienen lo que merecen.
América es de los pocos que por estos días da satisfacción a sus fans, escala peldaños en la tabla de posiciones y aviva la polémica respecto a la pertinencia de ver al atacante Henry Martín en el Tri mundialista. Gerardo Tata Martino tiene ya a sus vacas sagradas y difícilmente agregará al yucateco; sus prioridades son Giménez, Raúl Jiménez y Rogelio Funes Mori. Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja a que se cuele Henry, pero la esperanza muere al último y todo puede suceder.
Desde Brasil llegaron los enviados del seleccionador Tite para observar el desempeño de Dani Alves, un extraviado genio del futbol, los demonios andan sueltos y planean sobre el equipo del Pedregal. Andrés Lillini sufre, no le haya la cuadratura al círculo y su equipo es un desastre. Alves es la pieza que no encaja, nadie responde a sus guiños con el balón y la goleada fue consecuencia lógica. Los infieles abuchearon.
Las Chivas obtuvieron su primer triunfo, apalearon al Necaxa. Tal parece que los jugadores tapatíos esperaban sentir el agua hasta el cuello para dar visos de amor propio. A veces se entrampan ellos mismos, Isaac Brizuela soltó: “cuando el equipo se lo propone y está convencido podemos dar este tipo de partido”, o sea que antes no se lo habían propuesto… Lo bueno que están a tiempo, pues si algo tiene la Liga Mx es manga ancha y el Rebaño ya olfatea la repesca.
Quedó la sensación de que la Sub-20 femenil tenía todos los recursos para vencer a su similar de España en el Mundial de Costa Rica y avanzar a semifinales, pero las jugadoras tuvieron miedo a la gloria, les faltó una dosis de ambición y creer en sí mismas. Durante varios lapsos las ibéricas se vieron en aprietos y, una vez conseguida la ventaja mínima, imploraban para que el reloj acelerara su paso. Muy sincero fue el técnico Pedro López al expresar ante su rival tricolor: “¡me quito el sombrero!”
Ana Laura Galindo, la discípula destacada de Leonardo Cuéllar, está para altos vuelos. En la amateur Liga Mayor Femenil recuerdan a la estratega con el apodo de La Pandita porque siempre ha sido ojerosa, pero tenía esa mirada de gran vivacidad, dice el entrenador Armando Magaña. No se conformó con gozar corriendo tras el balón y debió trabajar para estudiar en la UNAM, consciente de la necesidad de dar opciones a su vida.