A 135 años de la creación del Heroico Cuerpo de Bomberos y en un hecho histórico, 200 mujeres se convertirán en líderes de células operativas y decidirán las acciones a tomar en la atención de los servicios de emergencia.
Ana Jiménez Sánchez y Alma Vázquez Romero, mujeres bomberas rasos, reconocieron que es “mucha responsabilidad, pero estamos capacitándonos para atender desde un incendio hasta el rescate de personas en una volcadura o colisión, que suceden todos los días”.
La posibilidad de dirigir una célula de seis personas, después de cinco años de servicio en las estaciones Magdalena Contreras y Álvaro Obregón, respectivamente, es “inédito en el país, por lo que nos estamos capacitando desde el primero de agosto”.
Se trata de “un gran reto, pero todos los días arriesgamos la vida y hay momentos que hasta se nos doblan las rodillas y nos preguntamos qué hacemos aquí, pero ayudar a la gente es nuestra recompensa”, dijo Alma, segunda generación de bomberos en su familia.
El “encontrar a dos niños abrazados cuando sofocamos las llamas en un incendio fue lo que más me impactó, pero ayudar a rescatar desde un gatito hasta personas prensadas en sus autos, al no medir consecuencias, nos mueve”, afirmó.
Sandra de la Cruz, Pérez, instructora, explicó que los cursos van desde el conocimiento de qué es ser bombero hasta conocer el cuerpo humano para actuar como primeros respondientes y el uso de las unidades, las escaleras y el equipo de rescate.
Además del entrenamiento en la estación Cuauhtémoc y en el Monumento a la Revolución, explicó el segundo inspector Jesús López, a fin de “medir su resistencia, elasticidad y fortaleza al someterlas a un proceso de estrés, porque a éste se enfrentan todos los días”.
De esta manera, al escuchar el silbato, un grupo de 20 hombres y mujeres sale del aula y se concentra en el área de entrenamiento de la estación, donde durante 90 minutos se ejercita en aparatos o en el suelo, golpea el costal de box o hace rodar una llanta gigante.
En una emergencia, en menos de tres minutos se colocan botas, pantalonera, casco, guantes y monja, que es una gorra que cubre su rostro, y el equipo de respiración autónoma u oxígeno, con “lo que carga de 20 a 30 kilos, pues “no sabemos la magnitud de la atención que se dará”, indicó.
El director del organismo, Juan Manuel Pérez Cova, informó que de 2 mil 200 elementos, 440 son mujeres que contarán con una formación integral para ser líderes, con lo que “se rompe con la historia de bomberos sólo hombres, y con el pasado”.