Atenas. Tras 12 años de vigilancia reforzada de sus cuentas públicas por parte de la Unión Europea (UE), Grecia pasó página ayer en “un día histórico” para el país.
“Se cierra un ciclo de 12 años que trajo dolor a los ciudadanos, estancó la economía y dividió a la sociedad”, anunció el jefe de gobierno, el conservador Kyriakos Mitsotakis, en un mensaje a la nación.
En 2010, el gobierno griego, estrangulado por la presión de los mercados sobre su deuda pública, tuvo que pedir un plan de rescate financiero a la llamada troika, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Rescate de 289 mil mde
Desde 2010, el país necesitó tres planes de rescate por un valor de 289 mil millones de euros. A cambio, los acreedores exigieron a Atenas una retahíla de medidas de austeridad para sanear sus finanzas públicas.
Esas medidas implicaron recortes de sueldos y pensiones, incrementos de impuestos, congelaciones de contrataciones en el sector público y la reducción de los presupuestos en administraciones y hospitales.
Por el camino, Grecia perdió 25 por ciento de su producto interno bruto (PIB), el desempleo llegó casi a 28 por ciento y decenas de miles de jóvenes profesionales emigraron al extranjero.
El tercer programa llegó a su fin en 2018, pero la Comisión Europea lanzó un régimen de vigilancia reforzada sobre la economía griega para verificar la implementación de las reformas adoptadas y la continuación de las privatizaciones.
Atenas se comprometió asimismo a mantener un superávit primario –antes de los intereses de la deuda– de 3.5 por ciento del PIB.
“Grecia es hoy un país diferente”, aseguró Mitsotakis, con un “fuerte crecimiento” y un “importante descenso del desempleo”.
El fin de la supervisión europea reforzará ahora la posición de Grecia en los mercados y mejorará su atractivo entre los inversores. El gobierno de Atenas tendrá además un mayor control sobre su política económica.
“El fin de la vigilancia reforzada en Grecia marca también la conclusión simbólica del periodo más difícil que ha experimentado la zona euro”, comentó en un comunicado Paolo Gentiloni, comisario europeo de Economía.
“Nuestra robusta respuesta colectiva a la pandemia mostró que Europa había aprendido las lecciones de aquella crisis. Tenemos que mostrar la misma solidaridad y la misma unidad ahora que nuestras economías entran en aguas turbulentas”, agregó Gentiloni.
El desempleo sigue siendo uno de los más altos del continente, 12.3 por ciento en junio, según Eurostat, y la deuda, que se acerca a 180 por ciento del PIB, un lastre para la economía del país.