Nada de lo que escribo debería interpretarse en detrimento de mis simpatías por Salman Rushdie o de mi indignación por su terrible apuñalamiento. Pero la compasión por una víctima de la violencia y el apoyo a la libertad de expresión no debería cegarnos frente a la palabrería y la hipocresía generadas por su apuñalamiento, expresa el periodista británico Jonathan Cook en un artículo que resumo:
Boris Johnson declaró estar “horrorizado de que Salman Rushdie haya sido apuñalado por ejercer un derecho que nunca deberíamos dejar de defender”. El presidente Joe Biden subrayó las cualidades de Rushdie: “Verdad, valor, resistencia… capacidad de compartir ideas sin miedo…”.
La inmensa mayoría de quienes claman que este es un ataque no sólo contra un prominente escritor, sino contra la sociedad occidental y sus libertades, no han abierto la boca mientras se iba desarrollando la mayor amenaza a esas libertades. O, en el caso de los líderes occidentales, han conspirado para socavar dichas libertades.
Rushdie se ha ganado el rotundo apoyo de liberales y conservadores occidentales no por haber expresado verdades difíciles, sino por quienes son sus enemigos.
Consideren lo siguiente. Julian Assange ha pasado más de tres años en una celda de aislamiento de una cárcel de alta seguridad en Londres (y, antes que eso, siete años confinado en una habitación de la embajada ecuatoriana), en condiciones que Nils Melzer, experto de la ONU para la tortura, ha descrito como tortura sicológica extrema.
Melzer y muchos otros temen por la vida de Assange si las autoridades de Gran Bretaña y Estados Unidos consiguen prolongar mucho más la detención del fundador de Wikileaks basada en acusaciones puramente políticas. Assange ya ha sufrido una apoplejía como señala Melzer.
Y todo esto le está pasando por una sola razón: haber publicado documentos que demuestran que, al amparo de un falso humanitarismo, los gobiernos occidentales estaban cometiendo crímenes contra pueblos de tierras lejanas. Assange se enfrenta a acusaciones bajo la draconiana Ley de Espionaje sólo porque hizo pública la espantosa verdad de las operaciones militares occidentales en países como Irak y Afganistán (https://bit.ly/3pygPEv).