Al cierre del segundo trimestre de 2022, alrededor de 7.6 millones de personas en el país dejaron de engrosar la lista de trabajadores activos por el desánimo de encontrar un puesto laboral o porque alguna situación se los impide y seis de cada 10 están en las áreas menos urbanizadas.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cierre del segundo trimestre de 2022 revela que 7 millones 459 mil 918 personas son parte de la población no económicamente activa, es decir, ciudadanos en edad de trabajar que no participan en el mercado laboral y que no realizan y no buscan alguna actividad económica, lo que representó una disminución anual de 453 mil 250 personas.
De esta población, 3.2 millones son de áreas más urbanizadas; mientras en áreas menos urbanizadas ascendieron a 4.3 millones.
De acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las personas disponibles para trabajar que no buscan empleo por considerar que no tienen posibilidades en zonas rurales se incrementó en 76 mil 544 personas en el segundo trimestre con respecto al mismo periodo de 2021; a diferencia de la caída de 419 mil en áreas más urbanizadas.
La ENOE trimestral, que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), especificó que de la población que no está dentro de la económicamente activa, pero con interés de trabajar, pero bajo un contexto que le impide hacerlo, descendió 121 mil personas en el periodo abril-junio de 2022 en relación con mismo periodo del año pasado.
Por su parte, las personas sin interés por trabajar porque tienen que atender otras obligaciones subieron 416 mil 963; siendo en el área rural el mayor avance: 186 mil 724. Le siguió el área más urbanizada con un alza de 133 mil 961 personas en el periodo de referencia.
Desventajas
Analistas económicos han explicado que el mercado laboral está afrontando un fenómeno poco usual, pues los hogares están enfrentando el reto de haber visto reducidos sus ingresos por la pérdida del empleo, al tiempo que, sobre todo las amas de casa, deben permanecer en el hogar para el cuidado de los hijos, siendo las más afectadas por la pandemia.
Sin embargo, las mujeres prácticamente han regresado a los mismos niveles de participación laboral que tenían antes de la pandemia, pues la tasa de participación femenina alcanzó 45.1 por ciento contra 45.4 por ciento de 2019.
Luego de que enfrentaron las mayores desventajas en el mercado laboral y redujeron su participación en actividades remuneradas a causa de la pandemia, la movilidad de las mujeres mayores de 15 años en México en acceso al empleo ha mejorado, pero se corre el riesgo de repetir un problema histórico: mantener su baja participación en el mercado laboral nacional, alertó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (Ceey).
Añadió que el principal obstáculo a la movilidad laboral de las mujeres ha sido su exclusión del mercado de trabajo, obligadas a realizar, sin reconocimiento ni remuneración, labores domésticas o de cuidado de otras personas.
De acuerdo con el Ceey, la baja participación de las mujeres en actividades remuneradas se asocia con el elevado trabajo de cuidados que realizan dentro y fuera del hogar, lo que las mantiene fuera de la población económicamente activa o en trabajos de baja remuneración y limitadas posibilidades de desarrollo laboral.