Ciudad de México. Jesús Murillo Karam es el ex funcionario de más alto rango detenido hasta ahora por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Autor de la expresión “ya me cansé”, cuando expuso públicamente la llamada verdad histórica, es el primer ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR, hoy Fiscalía General de la República) que enfrenta un juicio.
El político mexicano, de 74 años, ha sido, entre otros cargos, diputado, senador y gobernador de Hidalgo por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el que ha militado durante toda su trayectoria profesional. En 2012 se sumó al gabinete de Enrique Peña Nieto al frente de la PGR, hasta el 26 de febrero de 2015, cuando renunció al cargo en medio de la polémica por las investigaciones en torno a los hechos ocurridos en septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Un día después de su dimisión, Peña Nieto lo designó secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, con un reconocimiento público a su labor, sobre todo en el caso Ayotzinapa.
El 14 de noviembre de 2014, Murillo Karam dio a conocer a la prensa lo que él calificó de verdad histórica sobre la desaparición de los estudiantes, basada en los testimonios de tres integrantes de Guerreros Unidos implicados en el presunto multihomicidio: “Al rendir su declaración, confesaron haber recibido y ejecutado al grupo de personas que les entregaron los policías municipales de Iguala y Cocula”, aseguró entonces.
Afirmó que en el basurero de Cocula “hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durase (14) horas (desde la noche del 26 de septiembre hasta las dos de la tarde del día siguiente), arrojándole diésel, gasolina, llantas, leña, plástico, entre otros elementos.
“Cuando se habían arrojado y quemado los cuerpos, recibieron la orden de El Terco (Felipe Rodríguez) de fracturar los restos de los huesos calcinados para ser depositados en bolsas negras. Según sus declaraciones, estas bolsas fueron vaciadas en el río San Juan, salvo dos, que uno de los declarantes dice haber arrojado completas”, señaló el ex procurador.
Sostuvo que con base en una investigación “exhaustiva, profunda y seria, con resultados científicos”, el alto nivel de degradación de los restos encontrados hacía muy difícil la extracción de ADN para la identificación.
Aseguró que no se trató de un crimen de Estado. “Iguala no es el Estado mexicano”, y casi al final de su conferencia, lanzó su frase “ya me cansé”. Alcanzó a decir que es comprensible el rechazo de los familiares para el avance de las indagatorias: “Es natural (…) y no me sorprende”.
En esa ocasión, acompañado por Tomás Zerón, entonces director de la Agencia de Investigación Criminal, precisó: “Sin lugar a dudas, (las investigaciones llevan) a concluir que los estudiantes normalistas fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan. En ese orden”. Esa es la verdad histórica de los hechos, indicó.
Desde que terminó el sexenio de Peña Nieto, Murillo Karam desapareció de la escena pública, y sólo tuvo algunas apariciones esporádicas para sostener sus argumentos sobre el caso. Se sabe que enfrenta serios problemas de salud.