Los tres amigos que formaron, “sin dar lecciones”, a Rafael López Castro (1946), fueron el artista Vicente Rojo, “el mayor”, luego el cineasta Paul Leduc y el cantante Óscar Chávez, afirmó el diseñador gráfico en la presentación de su libro Suave trazo, título que alude al poema Suave patria, del zacatecano Ramón López Velarde.
En el anfiteatro Bolívar del Colegio de San Ildefonso, el nombre de Vicente Rojo (1932-2021) se hizo presente en múltiples ocasiones. Mediante un video, en el que López Castro narra su vida, habló de su deseo de trabajar al lado de Rojo, quien se desempeñaba como diseñador gráfico de la imprenta Madero.
Rafael López Castro pudo realizar su sueño ya que la editorial Joaquín Mortiz, donde trabajaba, quería imprimir el libro Las extraordinarias historias de los códices mexicanos, ilustrado por el diseñador.
Allí permaneció cinco años junto a Rojo, tiempo en que “supe hacer que mi profesión satisficiera mi necesidad de comunicar colores, formas, cultura y luchas sociales de mi país”.
Según el escritor Juan Villoro, “todos los demás diseñadores veían a Rafael como el heredero natural de la espada mágica de Rojo”. López Castro contribuyó a forjar una de las principales generaciones de diseñadores en México, continuó Villoro.
El libro Suave trazo recorre en 300 páginas el trabajo del diseñador jalisciense e incluye textos tanto de Rojo como de Alejandra Moreno Toscano, Carlos Monsiváis, David Huerta, Eraclio Zepeda y Hugo Hiriart, entre otros.