Los niños que viven muy cerca de donde ejecuta fracking y otras operaciones de perforación “no convencionales” de extracción de combustibles enfrentan al nacer probabilidades significativamente mayores de desarrollar leucemia en comparación con los que no residen cerca de dicha actividad, según un estudio publicado esta semana por la revista Environmental Health Perspectives.
Según el estudio, los neonatos en zona de fracking son dos o tres veces más propensos a desarrollar leucemia ya que “las distancias de retroceso existentes, que pueden ser tan pequeñas como los 150 pies (unos 45 metros), no protegen suficientemente la salud de los menores”. La investigación, revisada por pares, examinó la relación entre la proximidad residencial al desarrollo no convencional de petróleo y gas (UOGD) y el riesgo de leucemia linfoblástica aguda (LLA), la más común en edad pediátrica, informó la página de Internet Common Dreams.
Los científicos compararon 405 pacientes de 2 a 7 años que fueron diagnosticados con LLA en Pensilvania entre 2009 y 2017 con un grupo de control de 2 mil 80 infantes sin esa patología emparejados por año de nacimiento. Midieron la conexión entre la exposición en el útero a la actividad no convencional de petróleo y gas y los diagnósticos de leucemia infantil en dos ventanas superiores de exposición: una “primaria” de tres meses antes de la concepción a un año antes del diagnóstico y una “ventana perinatal” de preconcepción al nacer.
Los niños, que fueron gestados en regiones con al menos un pozo de fracking dentro de los 2 kilómetros de su residencia, durante la ventana primaria tenían 1.98 veces más probabilidades de desarrollar LLA en comparación con aquellos cuyos vecindarios estaban libres de esa infraestructura de combustibles fósiles.
Los que vivían a menos de 2 kilómetros de al menos un extractor de petróleo bajo la técnica de fracturamiento hidráulico durante la ventana perinatal, tenían 2.8 veces más probabilidades de desarrollar LLA.
Tener en cuenta la raza y el nivel socioeconómico de la madre redujo la fuerza de estas relaciones, pero sólo ligeramente, con probabilidades ajustadas de desarrollar leucemia infantil 1.74 y 2.35 veces mayores para aquellos expuestos a UOGD durante las ventanas primaria y perinatal, respectivamente, según encontraron los expertos.
“El desarrollo no convencional de petróleo y gas puede usar y liberar sustancias químicas que se han relacionado con el cáncer, afirmó en un comunicado la coautora del estudio Nicole Deziel, profesora asociada de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale.”
Aproximadamente 17.3 millones de personas en los Estados Unidos, incluidos casi 4 millones de niños, viven dentro de un radio de media milla (.80 kilómetros) de la producción activa de petróleo y gas, según Oil & Gas Threat Map, un análisis geoespacial publicado en mayo.