A la pelea por presidir el Senado en el próximo periodo de sesiones, que protagonizan los morenistas José Narro y Alejandro Armenta, se sumó Gabriel García Hernández –superdelegado en los primeros años del sexenio–, quien pidió a sus compañeros de bancada “demostrar que no existen cargadas, preferencias, componendas ni repartos que privilegien la simpatía de los opositores al movimiento”.
En un documento que distribuyó entre sus compañeros, señala que los opositores “ya demostraron su traición y esperan nuestra fractura”, por lo que pide “dar un giro al procedimiento de la elección en Morena” de quien presidirá el Senado a partir del primero de septiembre.
García Hernández plantea que se consulte a quienes se hayan postulado si se puede llegar a un consenso, y en caso de no lograrse, “proceder a una insaculación o sorteo” entre los aspirantes. En tanto, los otros dos contendientes, Narro y Armenta, se reunieron por separado con el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, quien les notificó que se prevé que el 30 y 31 del mismo mes se lleve a cabo la reunión plenaria del grupo parlamentario, y ahí se decidirá quién presidirá el Senado.
Al respecto, César Cravioto comentó que podrían sumarse otros aspirantes, y a título personal les ha comentado que quien presida el Senado debe ser un contrapeso a la Junta de Coordinación Política (a cargo de Monreal) y acercarnos al titular del ejecutivo federal, ya que “es importante que el Senado tenga más interlocución con el Presidente”.