Saltillo, Coah., La recepción de los diputados federales del Partido Revolucionario Institucional fue más que de respaldo político para Alejandro Moreno Cárdenas: en su reunión plenaria, los legisladores ofrecieron abrazos y el hombro a su dirigente nacional, con frases como “estamos ciertos de nuestro presidente, estamos ciertos de que esto es un ataque injusto”.
En el ala más pequeña del salón Villa Ferré –palacete que recibe los grandes eventos sociales de la ciudad– se organizó la reunión de los diputados del PRI, quienes también tienen pendiente participar en la definición de su candidato al gobierno del estado, aunque todo indica que será Manolo Jiménez.
El posible aspirante ha vivido una fulgurante carrera política en Coahuila. Durante una década se ha desempeñado como regidor, suplente de diputado, secretario de la Juventud, alcalde de Saltillo, diputado local y, además, tiene su faceta empresarial. Ahora se coloca como el priísta que tiene mayor posibilidad de competir en igualdad de condiciones con quien resulte el candidato del partido oficial, Morena: Armando Guadiana, Luis Fernando Salazar o Ricardo Mejía Berdeja.
La presencia de los diputados en Coahuila (que, aseguran, no fue organizada para coincidir con las definiciones en la sucesión) tiene por lo menos ante los ojos de los sectores interesados en la política local, un aire de un espaldarazo al gobernador Miguel Ángel Riquelme, quien ve en Jiménez un candidato de continuidad. Así, los legisladores priístas acudieron a Saltillo para dar trámite a los temas previos al periodo ordinario de sesiones en San Lázaro y para ello trataron los temas referentes al Presupuesto de Egresos de la Federación, el sistema pensionario y las perspectivas financieras.
La agenda fue sabiamente desgranada por el polémico Ildefonso Guajardo, sobre quien pesó, todavía hace un año, una acusación de la Fiscalía General de la República por enriquecimiento inexplicable con un monto de 8 millones de pesos, señalamiento que fue desechado por un juez federal; con él intervinieron su compañero José Francisco Yunes y Mario di Costanzo, quien apoyó la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006 y luego fue el secretario de Hacienda del “gobierno legítimo”, para unirse más tarde a la administración de Enrique Peña Nieto, al frente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.
También participaron Francisco Lezama, el actuario Francisco Miguel Aguirre, así como el presidente de la Federación Nacional de Municipios de México, César Garza Villarreal.
Ayer, antes de iniciar el encuentro, Alejandro Moreno llegó acompañado de Carolina Viggiano, Rubén Moreira, Augusto Gómez Villanueva, el senador Manuel Añorve Baños y la diputada Paloma Sánchez.
Requerido por periodistas sobre el encuentro y los sucesos del día, Moreno cedió la palabra a Moreira. “En el PRI se respetan las jerarquías”, manifestó, en referencia a la posición del coahuilense como presidente de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro.
“Aquí vamos a dialogar mucho sobre que en México las cosas no van bien”, abrió Moreira. “En el ámbito legislativo se tiene que revertir lo que está pasando y esperamos que Morena entienda las razones y no avasalle con su supuesta mayoría”.
–¿Es posible dialogar con Morena en medio de un clima tan complejo?
–Nuestra obligación es proponer. Ellos son responsables de lo que está pasando en esta nación; si hay debacle económica es por ellos; si están incendiados los municipios y estados es por ellos.
–En el debate presupuestal, ¿ustedes afectarán los recursos para programas sociales?
–Para nada. Nosotros queremos inversiones en municipios y estados. Presupuesto para la seguridad. Están pasando por encima de la última reforma constitucional en materia de seguridad: la ilegalidad es que no están transfiriendo los recursos a los estados y municipios y por eso ahora quieren otro remedio, la famosa militarización.