En una industria naciente como lo es el futbol femenil, las jugadoras se han visto obligadas a aprender las reglas de un negocio aparte. El engaño de un supuesto representante hizo que Brenda Viramontes, campeona con Chivas en la primera edición de la Liga Mx, reflexionara sobre la situación que viven sus compañeras y ahora dio el salto como una de las agentes pioneras en el balompié de mujeres.
“Cuando salí de Chivas tenía un representante que básicamente me dio largas, me mintió en muchas cosas, mi carrera dio un vuelco y pasé una muy mala experiencia. Cuando llegué a Querétaro no tenía ni dónde quedarme cuando se supone que él se encargaría de todo. Afortunadamente, Karen Gómez, quien era entrenadora de porteras del equipo, me ayudó”, recordó Viramontes aún con desagrado.
La experiencia de Brenda es similar a la que suelen pasar otras jugadoras, a quienes se les acercan seudorepresentantes, les prome-ten varias cosas para impulsar sus carreras y al final ni siquiera les contestan el teléfono.
Al retirarse en diciembre como jugadora, Viramontes recibió una propuesta para seguir en el balompié, aunque ahora desde el área contractual. El abogado Andrew Grepe la invitó a ser socia fundadora de la agencia Atmos, la cual representa a 30 futbolistas tanto de Sub-18 como de Primera División.
“Al principio de la Liga, la mayoría de las futbolistas no teníamos ni idea de la industria de la representación, así llegaron varios agentes y seudorrepresentantes. Desde hace dos años ha crecido este sector, aunque todavía varias desconocen del tema”, señaló Viramontes.
A diferencia de la categoría varonil, industria ya cimentada donde todos tienen un representante, en el futbol femenil mexicano sólo las jugadoras de clubes grandes o con salarios por arriba del promedio como Tigres, Monterrey, Chivas o América suelen tener a un agente.
“Sabemos que los sueldos aún no son redituables, y las futbolis-tas piensan que deben pagar mucho, pero no debe ser así. Al menos nosotros disminuimos el porcentaje de acuerdo con el salario de la jugadora y tampoco las atamos con plazos fijos en los contratos”, indicó.
Precisamente como parte del apoyo a las jugadoras, Viramontes aseguró que las ayudan para la contratación de patrocinios individuales y les proporcionan nutriólogo, sicólogo, así como en algunos casos zapatos deportivos, pues “a muchas no les alcanza para costearlos; yo lo viví en carne propia”.
La figura del representante también puede salvar carreras, pues ante la angustia de no encontrar un plantel varias jugadoras desertan. “Muchas veces piensan que al salir de un club grande ya nadie las va a querer; nuestro trabajo, por ejemplo, es decirle ‘tranquila, tienes cinco ofertas’”.
Viramontes consideró que al momento de contratar a un representante, las jugadoras “deben fijarse en la atención y el conocimiento, pues le están confiando su carrera a alguien más”. No obstante, los agentes también requieren del profesionalismo de las deportistas.
“Tenemos oficinas en Madrid y podemos mandar jugadoras a España, pero necesitamos que sea un elemento con calidad y disciplina.”