México es uno de los siete países de las Américas con el mayor número de medidas de control del tabaco aplicadas al máximo nivel y, por el conjunto de acciones tomadas por la mayoría de las naciones de la región, se estima que lograrán bajar la prevalencia de consumo a 14.3 por ciento. De esta manera, se cumpliría la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de disminuir en un tercio el tabaquismo para 2025, de acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
El documento, que se hizo público ayer, resalta entre los avances de México la reciente decisión de prohibir todo tipo de publicidad, promoción y patrocinio de los productos del tabaco, así como garantizar los espacios libres de humo.
Estas determinaciones se suman a los servicios de ayuda para combatir el tabaquismo, la regulación sobre empaquetado y etiquetado, así como la aplicación de impuestos al consumo, aunque en este último rubro no se ha conseguido que el gravamen represente 75 por ciento o más del precio al menudeo de esas mercancías, pues, como señala el reporte, en México equivale a 67.6 por ciento.
De cualquier modo, las disposiciones que ya existen colocan al país, junto con Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Panamá y Uruguay, en el mejor desempeño en la materia en la región de las Américas.
En el ámbito global, señala el informe, el tabaco provoca más de 8 millones de muertes anuales, de las cuales 7 millones son por consumo directo y alrededor de 1.2 millones corresponden a personas no fumadoras, pero que han estado expuestas al humo del tabaco.
El informe sobre la situación en las Américas también se refiere a los cigarros electrónicos y a los dispositivos de tabaco calentado. Resalta que su disponibilidad está en aumento y son cada vez más accesibles, lo cual representa una amenaza para el control del tabaquismo.
La OPS subrayó que, lejos de ser una ayuda para dejar de fumar y terminar con la epidemia del tabaquismo, se trata de productos que buscan preservar la adicción a la nicotina y “enganchar” a nuevos usuarios para que la industria mantenga sus mercados.
Recordó que desde 2014, durante la Conferencia de las Partes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, sugirió a los países miembros que prohíban los sistemas electrónicos de administración de o sin nicotina y, en caso de que decidan emitir regulaciones, se apliquen como productos del tabaco.
Hasta ahora, indica el informe, siete países de las Américas han prohibido la venta de cigarrillos electrónicos, entre ellos México.
La OPS también reconoce que la prohibición no elimina la posibilidad de que estos dispositivos entren de manera ilegal a los mercados. Indicó que cinco de las naciones que los han prohibido también cuentan con regulaciones para su uso.