Pekín. China anunció ayer más maniobras militares en torno a Taiwán mientras la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, recibía a miembros de una nueva delegación de congresistas estadunidenses.
“El 15 de agosto, el Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación de China organizó una patrulla de preparación para el combate conjunto de servicios múltiples y ejercicios en el mar y el espacio aéreo alrededor de Taiwán”, informaron los militares chinos.
La delegación estadunidense, encabezada por el senador Ed Markey, de Massachusetts, llegó antier por la noche a Taiwán y se reunió ayer con la presidenta de la isla, según la embajada de facto de Washington en Taipéi.
La mandataria Tsai indicó a los legisladores que quiere “mantener un statu quo a través del Estrecho de Taiwán”, así como la prosperidad y la estabilidad de la región Indo-Pacífica, informó su oficina en un comunicado.
La visita de los legisladores, centrada en el comercio, la seguridad regional y el cambio climático, según la embajada, no fue anunciada previamente y ocurre dos semanas después del viaje de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, a Taiwán, isla de gobierno autónomo que China reclama como propia.
Pekín reaccionó airada y lanzó las mayores maniobras militares de su historia en torno a la isla: durante cinco días, el ejército desplegó buques de guerra, misiles y aviones de combate, simulando un bloqueo.
El portavoz del ministerio chino de Defensa, Wu Qian, señaló que la visita de los congresistas revela el verdadero rostro de Washington como un perturbador y saboteador de la paz en el Estrecho de Taiwán.
Ma Xiaoguang, vocero de la parte continental de China, expresó su firme oposición a la visita a Taiwán de los miembros del Congreso estadunidense.
En tanto, el premier de Japón, Fumio Kishida, en el aniversario de la rendición en la Segunda Guerra Mundial, prometió que su país no volverá a “hacer la guerra”, mientras miembros de su gabinete visitaron un santuario que honra a los muertos del conflicto bélico, lo que fue rechazado por China y Corea del Sur.