Zacatecas, Zac., La disponibilidad de agua en muchos estados del centro y norte del país se ha reducido drásticamente en las últimas tres décadas, afectando severamente a la población de ciudades y también de zonas rurales, debido a que, desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), se dejaron de construir obras de captación de agua específicas para la recarga de acuíferos.
“Los asuntos de la gestión del agua correspondían a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos; a partir de enero de 1989, esta dependencia desapareció y surgió la Comisión Nacional del Agua (hoy organismo desconcentrado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales), y de lo que estoy seguro como especialista es de que no se han construido obras de recarga de agua en el país.”
En entrevista, Ricardo David Valdez Cepeda, docente investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, advirtió que “como tenemos más de 30 años sin realizar obras de recarga de los acuíferos, ahora estamos extrayendo agua de acuíferos cada vez a mayor profundidad, sin que hagamos algo por llenar y rellenar los más cercanos a la superficie terrestre”.
Valdez Cepeda, agrónomo especialista en suelos, con posgrados en la administración de recursos agua-suelo, así como en ciencias agrícolas, alertó que “mientras extraemos agua de mayor profundidad, estamos usando líquido con más contaminantes, por ejemplo, con elementos como arsénico”.
Sostuvo que la crisis de este recurso se ha agudizado en entidades como Zacatecas, por la “sequía meteorológica”, producto de la enorme deforestación, lo que ha alterado el ciclo natural del agua, en perjuicio del sector agropecuario, “pues, aunque hay lluvias, son muy irregulares”.
Pese a que las diferentes administraciones federales han edificado algunas obras de infraestructura, principalmente para almacenar agua “sobre la superficie terrestre”, como presas y bordos de abrevadero, para que el ganado tome agua o bien sistemas de irrigación agrícola, éstas, asegura, no resolverán la crisis hídrica.
Por lo que hace a Zacatecas, refirió, desde la década de 1970 la variabilidad de los elementos meteorológicos se ha incrementado, es decir –explicó–, ha aumentado la irregularidad de las precipitaciones pluviales.
El especialista expuso que miles de familias que dependen del sector agropecuario padecen la sequía propiciada por la irregularidad de las lluvias, lo que ha impactado negativamente a los ciclos agrícolas.
Agregó que la deforestación también ha impactado en las últimas décadas, a tal grado que se está produciendo un fenómeno de desertificación en las tierras de cultivo.
Puso de ejemplo la zona productora de frijol en Zacatecas –la más importante de ese grano en el país–, pues hace 40 o 50 años, los suelos, reservorios naturales de agua, tenían una profundidad hasta de un metro o un metro 20 centímetros.
“Ahora tenemos suelos muy someros, de apenas 20 o 30 centímetros, sin capacidad de almacenar agua. Entonces, no es posible seguir produciendo frijol con el mismo potencial que hace 50 años, en algunas zonas se registran rendimientos muy bajos de entre 350 y 400 kilogramos por hectárea”, subrayó.