Berlín. Los alemanes enfrentan un nuevo impuesto sobre el uso del gas natural que podría costarle a los hogares promedio varios cientos de euros al año y pretende rescatar a los importadores afectados por los cortes rusos relacionados con la guerra en Ucrania.
Una asociación de operadores de gasoductos fijó el lunes el nivel en 2.4 céntimos de euro por kilovatio hora bajo la ley aprobada por el Parlamento alemán, que tenía un rango esperado de 1 a 5 céntimos.
El impuesto sobre el gas que se utiliza para calentar los hogares en invierno y generar electricidad entrará en vigor en octubre y se extenderá hasta principios de abril. No aparecerá en las facturas de servicios públicos hasta noviembre o diciembre.
El vicecanciller Robert Habeck ha reconocido que el impuesto supondrá costos adicionales de varios cientos de euros al año para un hogar promedio. El gobierno busca formas de suavizar el golpe a través de asistencia financiera para los hogares más pobres y una propuesta de reducción del impuesto al valor agregado.
El canciller Olaf Scholz tuiteó el lunes que “no dejaremos a nadie atrás” en medio del alza de costos.
El impuesto al gas recaudará dinero para compensar a los importadores de gas ruso cuyos contratos con las empresas de servicios públicos de la ciudad no les permiten pasar a los clientes los costos del aumento de los precios del gas natural.
Rusia ha cortado drásticamente el suministro de gas natural que cuesta menos bajo contratos a largo plazo, obligando a los importadores a comprar gas mucho más caro en el mercado al contado para cumplir con sus obligaciones.
El gobierno acordó rescatar al mayor importador, Uniper. Habeck dijo que 12 importadores solicitaron ayuda y recibirían 34 mil millones de euros (34 mil 700 millones de dólares), o cerca de 90 por ciento de sus costos excepcionales, informó la agencia de noticias Dpa.