Al cierre de 2021, la industria minera contrató a más de 50 por ciento de los trabajadores bajo el esquema de outsourcing, lo que los coloca “en una situación de fuerte vulnerabilidad”, pues en esta actividad se presentan 8 por ciento de las muertes en el trabajo, señaló Aleida Azamar, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Ese nivel de contratación, subrayó, es previo a la reforma que prohíbe la tercerización que entró en vigor en septiembre del año pasado. A partir de esa fecha, dijo, se espera el balance que las empresas del ramo den a conocer para establecer si la subcontratación continúa en algún porcentaje.
“Hay empresas que en los primeros meses de 2022 han informado sobre los resultados operativos del año pasado, considerando los efectos de la nueva regulación”, donde se puede constatar el personal subcontratado, “probablemente disminuyó, pero aún no hay datos oficiales con los que se podría verificar si persiste esta situación”, comentó en entrevista.
Lo ocurrido hace más de una semana en la mina El Pinabete, en Sabinas, Coahuila, donde continúan 10 trabajadores atrapados, “es claro ejemplo” de ello, ya que laboraban en condiciones de riesgo, sin prestaciones ni seguridad social, apuntó.
En los pocitos de carbón, los obreros laboran en parejas y lo hacen 60 metros bajo tierra “sin lentes ni orejeras de seguridad porque en todo momento tienen que saber dónde están picando”, comentó Raúl García, asesor minero del municipio de Sabinas. En un día, dijo, pueden extraer entre ocho y 10 toneladas del mineral, por las que obtienen entre 120 y 160 pesos por cada una.
“El carbón aquí es oro molido, pero una vez que se agotan los recursos del pozo, te dan una patada; no hay prestaciones para nada ni el patrón reparte utilidades”, indicó.
Azamar apuntó que la contribución de la minería a la generación de empleos es reducida: la extracción de minerales por sí sola genera unos 100 mil empleos y 390 en el conjunto de industrias y cadenas de valor de la actividad. De ellos, sostuvo, menos de 0.1 por ciento son empleos formales, el resto de los trabajadores son subcontratados.
Al cierre de julio pasado, cerca de 132 mil trabajadores de industrias extractivas estaban registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. Los datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social indican que de ese número, 12 por ciento son mujeres empleadas en dicha actividad.
En sus investigaciones, Azamar ha documentado que mientras los trabajadores de confianza o sindicalizados en la industria minera cuentan con una regulación clara en cuanto a sus jornadas, derechos, prestaciones y responsabilidades, en el caso de los obreros subcontratados carecen de estabilidad, de jubilación digna, con jornadas extenuantes y contratos temporales.
En el caso de El Pinabete, subrayó, se incumplió con la NOM-032 sobre seguridad, ya que las empresas mineras deben barrenar los pozos para verificar si hay riesgo de inundaciones, y perforar de 10 en 10 metros para verificar que no haya bolsas de gas y venas de agua.