A raíz de que la inflación en México es la más alta en más de dos décadas, el poder de compra de un peso mexicano de diciembre de 2018 a la fecha ha perdido 16 centavos; es decir, el mismo peso consigue adquirir 84 por ciento de lo que compraba entonces.
Mario Correa, economista independiente, explicó que el poder adquisitivo es el inverso de la inflación, ya que cuando ésta se acelera, también lo hace el deterioro en el poder de compra. Por eso la inflación es un serio problema que debe combatirse, puntualizó el especialista.
De acuerdo con Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics, es indudable que el poder adquisitivo de la moneda se ha deteriorado.
“Un peso de hoy ya no puede comprar lo mismo que hace un año porque los precios han sufrido un alza considerable ante una inflación creciente. Lo peor es que la política monetaria no ha hecho lo suficiente para detener el deterioro de la moneda y preservar su poder compra, lo cual constituye su mandato único”, consideró Coutiño.
Ante presiones en los alimentos, tanto procesados como bebidas; así como el continuo incremento en los precios agrícolas y pecuarios, la inflación general anual en el país subió a 8.15 por ciento en julio de 7.99 por ciento en junio, su nivel más alto desde diciembre de 2000.
Mario Correa, también youtuber de Economía en Breve, describió que una de las desgracias que produce la inflación es que afecta más a los que menos tienen, ya que los pobres gastan una mayor proporción de su ingreso en bienes básicos, especialmente alimentos, que son los que están observando incrementos en precios por arriba de la inflación general.
Otra consideración importante es que las personas en los niveles de ingreso más bajo usualmente no tienen acceso a productos de ahorro que les compensen, al menos en parte con una tasa de interés, por la pérdida de poder adquisitivo que genera la inflación.
Horizonte de planeación
Una inflación baja y estable permite alargar los horizontes de planeación de las empresas y los hogares, lo que facilita la toma de decisiones de inversión y consumo. Además, permite también tener tasas de interés bajas y estables, lo que favorece a la actividad económica.