La Secretaría de Marina (Semar) confirmó que la caja negra del helicóptero UH-60M Black Hawk siniestrado cuando transportaba a miembros de las Fuerzas Especiales que participaron en la captura de Rafel Caro Quintero, fue enviada a Estados Unidos para ser examinada por la Sikorsky Aircraft Corporation, empresa fabricante del aparato.
Este viernes, el dispositivo, conocido técnicamente como onboard flight data recorder, será también analizado por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), para conocer los dos últimos minutos de grabación.
Personal de la Armada y de la Fiscalía General de la República (FGR), autoridad encargada de la investigación en México, estarán presentes durante este análisis, que permitirá emitir el informe final sobre las causas de este desplome.
Desde el 15 de julio, día de los hechos, la Semar negó que el aparato hubiera sido abatido, como señalaban las primeras versiones. Posteriormente se habló también de que se habría quedado sin combustible, lo que se calificó como poco probable, debido a que los Black Hawk cuentan con un sistema que alerta sobre la falta de carburante y aún si esto sucediera, los helicópteros tienen capacidad para planear, dejando girar libremente sus rotores, lo que les permite hacer un aterrizaje de emergencia.
El helicóptero cayó a tierra cuando se acercaba al aeropuerto de Los Mochis, de regreso de la zona serrana de Choix, Sinaloa, donde se concretó la captura del líder del Cártel de Sinaloa. Otros dos helicópteros de la Semar que también participaron el operativo, volvieron sin daño alguno.