Con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto como ocupantes de Los Pinos, hubo personajes que se erigieron como presuntos “representantes de la sociedad civil” y, con ese título tan espurio como los “presidentes” en turno, obtuvieron ganancias personales, familiares, políticas y mediáticas.

Uno de esos representantes hechizos fue Isabel Miranda de Wallace, quien fue convirtiendo la todavía discutida desaparición de su hijo Hugo Alberto, en julio de 2005, en una plataforma de proyección que la instaló al lado de los poderes del momento, avalando políticas de personajes de criminalidad investigada en Estados Unidos, como Genaro García Luna, y actuando de tal manera en las “investigaciones” relacionadas con su caso personal, que hay testimonios que la describen como mandona en la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública, coordinadora de acciones policiacas y de presiones y torturas, conforme a señalamientos públicos.

Con la llegada de leves aires distintos en la ahora denominada Fiscalía General de la República (donde en diversos niveles de la estructura subsisten personajes e intereses del garcialunismo, obstructores, delatores, trampeadores), los privilegios de Miranda de Wallace terminaron, e incluso se han investigado las falsedades que en el curso de “sus” indagaciones se hubieran cometido.

Ahora, a partir de “un correo electrónico” que dice haber recibido, la mencionada señora ha fabricado un escándalo más, al pretender que con esa supuesta prueba se investigue al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar; a la ex secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval Ballesteros; al titular del Instituto Federal de Defensoría Pública, Netzaí Sandoval Ballesteros, y al articulista y conductor de programas periodísticos Ricardo Raphael.

Según el correo electrónico, tales personajes estarían confabulados para favorecer “a cambio de fuertes sumas de dinero” a una procesada que lo es como producto de las acciones de M. de Wallace en el caso de la aún imprecisa desaparición de su hijo.

El propio Zaldívar ya había advertido semanas atrás que Miranda de Wallace estaba fabricando un escándalo contra él y otros servidores públicos. En el ámbito de la Defensoría Pública ya se habían recibido amenazas anónimas y advertencias de violencia y muerte contra quienes desde esa instancia del Consejo de la Judicatura Federal han apoyado jurídicamente a víctimas de las maquinaciones de la garcialunista.

Las aberraciones procesales y sustantivas cometidas durante el predominio de M. de Wallace llevaron a la cárcel, en algunos casos durante más de 10 años, a víctimas de arrebatos, falsificaciones e intrigas potenciadas por ese ánimo vengativo. Instituciones defensoras de derechos humanos y de la legalidad han denunciado, nacional e internacionalmente, los excesos y violaciones cometidas en ese torbellino de poderes pasados.

Astillas

A Alejandro Moreno Cárdenas, tambaleante presidente del apocado Partido Revolucionario Institucional, le reaparecieron en redes sociales digitales las audiograbaciones que creía haber conjurado judicialmente. La conductora de los Martes del Jaguar, Layda Sansores, encontró en Internet el resquicio para difundir los improperios de Alito sin violar la orden judicial de no usar canales gubernamentales… Y, por si fuera poco, al mismo dirigente priísta lo botaron de la presidencia de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados mediante un mayoriteo de las bancadas 4T, que de inmediato entró en litigio… Dos resolutivos polémicos del tribunal electoral federal: que el canciller Marcelo Ebrard violó principios de imparcialidad y neutralidad al participar en un acto de apoyo al candidato morenista a gobernar Hidalgo, y que Jaime Bonilla puede regresar a su asiento de senador por Baja California… ¡Hasta mañana!

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