Las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) enfrentan problemas de solvencia y liquidez tras la pandemia, de ahí que ahora grandes participantes como Unifin o Crédito Real atraviesen por una eventual quiebra, aseguró Jorge Tello, director de investigación de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
Tras la pandemia, los clientes dejaron de pagar y estas instituciones no bancarias, que tienen como principal foco los préstamos a pequeñas y medianas empresas, ahora padecen dificultades para hacer frente a sus obligaciones de pago; aunado a ello, los bajos niveles de crecimiento y las altas tasas de interés les pasan factura, dijo.
Esta semana, Unifin, una Sofom enfocada en dar créditos a pymes y que también ofrece productos como factoraje, anunció que dejará de pagar intereses y capital de su deuda para negociar acuerdos con sus acreedores, pues enfrenta un acceso limitado a fuentes de financiamiento, lo cual ha afectado su estructura de capital y liquidez.
“El tema de Unifin y de algunas Sofomes es que están enfrentando problemas como consecuencia de la crisis por la pandemia, el bajo crecimiento y cambios en las tasas de interés, lo que ha ocasionado que algunos de sus clientes les dejen de pagar sus créditos”, indicó Tello en entrevista.
Las Sofomes enfrentan diversos problemas, señaló, por falta de liquidez, el no pago de algunos de sus clientes y hasta dudas en los manejos administrativos.
“Desde la pandemia ya era un sector muy golpeado y ahora se ven las consecuencias, porque tiene riesgo hasta de quiebra”, precisó.
Como Unifin, Crédito Real atraviesa problemas financieros. Todo comenzó cuando en febrero cayó en un problema de incumplimiento de pago, ya que no pudo liquidar una deuda de un bono suizo de 170 millones de francos suizos (más de 3 mil 769 millones de pesos).
Luego, en julio, informó que se acogió a la ley de quiebras en Estados Unidos y también que comenzó su proceso de liquidación en México. Recientemente, dijo haber llegado a un acuerdo con “varios de sus acreedores” para liquidar sus deudas.
La crisis en el sector no bancario, apuntó Jorge Tello, solamente se presenta en las Sofomes, quienes han resentido en este momento de forma más fuerte el impacto de la pandemia.
“Sólo hay riesgos para las Sofomes no bancarias. En general el sistema bancario tradicional está bien capitalizado y no se ve hoy un riesgo de crisis. Es un sector, el de Sofomes, que debería además estar mejor regulado. Tampoco se ve que esta crisis de las Sofomes no bancarias puedan generar una crisis en el país. Es algo acotado a este sector”, planteó.
Según la última información disponible de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, al cierre del primer trimestre del año, las Sofomes reguladas cuentan con activos por 567 mil 968 millones de pesos; mientras sus ganancias en el periodo de referencia fueron de 5 mil 887 millones de pesos.
Como resultado del anuncio de Unifin a principios de esta semana, la calificadora de valores, Fitch Ratings rebajó la nota de la Sofom este miércoles, mientras Standard & Poor’s la colocó en una posición de default, es decir, espera que no cumpla con los pagos que debe realizar.