Ciudad de México. Integrantes de colectivos de familiares en búsqueda de personas desaparecidas y organizaciones reprocharon a las Fiscalías estatales, durante el inicio de las adecuaciones de la sede del Centro Nacional de Identificación Humana, en Morelos, la falta de colaboración entre dependencias para esta tarea; pidieron detener egos y exigieron una mayor colaboración para que este proyecto cumpla sus objetivos. También llamaron a una autocrítica entre las mismas agrupaciones y todas las dependencias de gobierno mexicano.
En el arranque de las obras para la adecuación de la sede, que estuvo encabezado este martes por el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas; la Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Karla Quintana, y el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, distintos integrantes de colectivos definieron este proyecto como el inicio de una de las principales peticiones que habían planteado desde hace más de una década.
Yolanda Morán, representante del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos, expuso que como madre de una de las 103 mil personas desaparecidas, realiza esfuerzos para regresarle el nombre a más de 50 mil personas fallecidas sin identificar.
El Centro fue una de las recomendaciones del Comité de Desapariciones Humanas de las Naciones Unidas, y el cual se concretó en gran medida “gracias a la insistencia de las familias y colectivos”.
En un mensaje a las fiscalías estatales pidió “que entiendan que su obligación es para con las y los mexicanos, deben dejar los intereses, los orgullos y la soberbia; reconozcan que necesitan ayuda, acepten la que la Comisión Nacional de Búsqueda y los Centros de Identificación Humana les ofrecen”.
Para que este proyecto tenga éxito, recalcó que se requieren recursos económicos suficientes, así como las bases de datos forenses y el banco de ADN que se adeuda desde hace tres años.
“Queremos que dejen de lado la soberbia todas las fiscalías, y hago mención de las fiscalías, porque este Centro Nacional y los centros nacionales, no serán más que elefantes blancos si no hay un presupuesto y, sobre todo, la aportación de las fiscalías respecto a los expedientes”.
Alertó que si no hay elementos base para que trabajen los centros de nada servirá el esfuerzo que se está haciendo.
También consideró que "la estrategia de seguridad no ha dado frutos, la falta de combate a la impunidad impide que cualquier esfuerzo por disminuir o erradicar la violencia funcione”. Por eso “siguen los homicidios y desapariciones que agravan esta crisis forense”.
Añadió que “queremos que la crisis forense acabe, la violencia pare y la impunidad desaparezca, sobre todo para todos ustedes que aún no están dañados, nosotros ya tenemos a nuestros hijos desaparecidos, sin embargo, pedir paz y seguridad es por el bien de todos, de ustedes que aún no padecen este dolor. Les recuerdo a toda la sociedad civil, a las autoridades y a todos los que estamos aquí, que no están exentos, ninguno”.
Por su parte, Edith Pérez, vocera de Voz y Dignidad por los Nuestros, reveló que muchos de los integrantes de buscadores han sido amenazados, como es el caso del “Colectivo voz y dignidad en Río Verde, donde esos malditos nos agredieron sabiendo que éramos personas civiles, sin armas, realizando una búsqueda de nuestros desaparecidos”.
Llamó a las autoridades a tener la capacidad de informar con sensibilidad a las familias que se actuó de manera científica en cada caso, pero a la vez, dar certeza de que se cumplen con los estándares internacionales, por lo que reclamó: “no más excusas para encontrarlos, no más indiferencia”.
Valentina Peralta, de la Red Eslabones, expresó que “es un día brillante, de esos que mezclan lo oscuro con lo claro, pero es un día de esperanza, porque estuvimos esperando que esto sucediera alguna vez”.
La desaparición de las personas obedecía a la lógica de la delincuencia organizada, cuando comenzaron las búsquedas hace más de una década, y la mayoría de los perpetradores cuando quitaban una vida, difícilmente las dejaban en el estado donde le quitaron la vida, porque sabían que las autoridades tenían poca comunicación entre ellas, y no había bases de datos, ni se compartían información, “a veces por celo o por ego, o porque no habían tomado la decisión de pagar un software similar al del vecino”, explicó.
Además, reprochó que, aunque las fiscalías son las únicas a las que la ley faculta como responsables, no hacían su labor en este renglón por falta de recursos, de capacidad o de humanidad; “a los cuerpos los arrojaban como basura”, porque “los muertos no votan”.
“Por cada persona desaparecida, hay decenas más que han interrumpido sus proyectos de vida, que han perdido la salud, que han muerto, que han sido atacadas, que han sido asesinadas por buscar”.
Como ejemplo de las deficiencias en esta materia, refirió el caso de las fosas de Tetelcingo y Jojutla, que se localizaron y abrieron gracias a la insistencia de María y Amalia Hernández, madre y tía de Oliver Wenseslao Navarrete Hernández, a quien buscaban en este sitio.
“Aunque los demás nos queramos colgar las medallitas, ellas fueron las que lucharon contra el gobierno de Graco Ramírez para que se pudieran abrir, y ya luego nos sumamos otros y las abrimos”. Se ubicó a 200 personas “que nos hablaron desde su muerte y su silencio de lo que no se había hecho”.
Recordó que en dicha fosa, uno de los hombres localizado y quien fue etiquetado con el número 38 de la Fosa A del panteón de Tetelcingo, “en la carpeta de investigación decía que tenía llamado pericial, los datos de sus órganos, todo lo que se hace en una necropsia de ley, pero cuando lo rescatamos, estaba vestido y calzado, nadie lo había desvestido en cinco años, primero lo tuvieron dos años en un refrigerador sin quitarle los tenis Nike rojo con blanco, y luego tuvieron dos años más a la fosa de Tetelcingo como basura”
Apuntó, además, que en esta labor “todos nos debemos quitar los egos” y hacer “un ejercicio de autocrítica''. Si queremos que esto cambie tenemos que dar dos pasos atrás del protagonismo, de decir ‘yo hice, yo fui el que dije, el que no sé qué’. Saben que estuve en una conferencia del presidente, pero eso no hace que por mí…, eso sería absurdo, son esfuerzos que se van sumando”.
Para cumplir las metas, también mencionó: "tenemos que continuar haciendo equipo y tener la piel gruesa para aguantar lo que nos digan, que estamos quedando a deber”, así como en la sociedad civil, porque hay ONGs que a veces “meten más proyectos que trabajo", porque entre “menos sirva el gobierno más dinero reciben, esto también es un negocio, y hay que decirlo, porque la autocrítica tiene que tener 360 grados, y hay que voltear y ver a todos”.
El subsecretario Encinas ponderó que el Centro Nacional de Identificación Humana es “un paso más, importante, porque vamos a generar una institución pública al servicio de la sociedad” y ayudará a identificar 52 mil cuerpos que permanecen en fosas comunes en el país, ante lo cual se requiere de la participación de todo el Estado mexicano en su conjunto, así como de familiares y sociedad civil. “No caben los celos institucionales para cumplir”, subrayó.
“Les buscamos con vida, sin embargo, sabemos que en una crisis forense como la que vivimos en nuestro país, es posible que muchos de a quienes buscamos estén sin vida, en cuyo caso, el Estado mexicano tiene que tomar todas las medidas para tratar dignamente a esas personas y ayudar a que regresen a casa. La búsqueda forense es también una forma de búsqueda”, aseveró la Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas desaparecidas.