San Cristóbal de Las Casas, Chis. Autoridades de los tres poderes del estado rindieron la tarde de este lunes un homenaje de cuerpo presente al presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Chiapas, Juan Óscar Trinidad Palacios, fallecido el domingo en Tuxtla Gutiérrez, a causa de un aneurisma.

El féretro con el cuerpo de Trinidad Palacios, de 68 años de edad, fue colocado en la explanada de la jurisprudencia de la sede del poder judicial, a donde asistieron jueces, magistrados y funcionarios públicos.

Presente en la ceremonia, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas lamentó el fallecimiento del magistrado, a quien calificó como hombre de leyes y apasionado de la ciencia política.

Dijo que su vocación por el derecho lo hizo recorrer diversas instancias del servicio público y en la vida política como legislador estatal y federal aportó propuestas de beneficio ciudadano.

Señaló que Juan Óscar "siempre abogó" por la defensa de los derechos humanos por la vía jurisdiccional o fuera de ella, tarea que ejerció "con honestidad y ética profesional", al tiempo de afirmar que “se fue un hombre noble y leal, un magistrado talentoso a quien siempre lo caracterizó su buen humor”.

Su deceso representa “una pérdida irreparable”, subrayó el gobernador ante los familiares de Trinidad Palacios, entre ellos su esposa, Alma Delia y sus hijos Juan Marcos y Ana Eva. Fue un jurista, que con abrazos y sonrisas transmitía "su sinceridad y benevolencia", agregó.

El magistrado Guillermo Ramos Pérez, destacó el sentido de lealtad institucional y profesional de Trinidad Palacios, de quien dijo que fue un hombre comprometido con la justicia, ejemplo de que "trabajando se puede dar mucho".

A la ceremonia asistieron también el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Yamil Melgar Bravo y el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, entre otros funcionarios.

El cuerpo de Trinidad Palacios, originario del municipio de Tonalá, en la costa de la entidad, sería cremado la tarde de este lunes y sus cenizas llevadas a un templo donde se oficiaría una misa.